El que Vive en la Verdad:
La Arqueología y los Patriarcas

Capítulo 14   Libro Navegación    Capítulo 16

por Charles N. Pope
Traducción de Óscar David Calle Mesa
Copyright ©1999-2004 por Charles Pope
Copyright © por la traducción, Óscar Calle, 2003

Capítulo 15
"Un Pastor al que Tuvieron Retenido"
El Nuevo Imperio Egipcio es centralizado bajo Amenhotep II y sus hijos Thutmosis IV y Yuya


Introducción

Después de la sucesión de Isaac (Thutmosis III), el énfasis de la narración bíblica cambia de la alianza y las promesas al derecho de nacimiento y el favor. Con cada nueva generación, el favor se extiende a un hermano menor sobre los derechos de uno o más hermanos mayores. Primero Jacob es escogido sobre Esaú, seguido por Judá sobre sus tres hermanos mayores, después los hijos de José sobre los de Judá, y finalmente un hijo menor de José, Efraín, sobre uno mayor, Manasés. El derecho de nacimiento y el favor tuvieron una importancia suprema. Simbolizaba la sucesión real. Si Abraham, Isaac, Jacob y José hubiesen sido meramente pastores nómadas sin un reino establecido, entonces el derecho de nacimiento habría tenido poco sentido.

El protocolo de la sucesión en el Egipto del Imperio Nuevo no está bien entendido. Se creía una vez que pasaba exclusivamente a través de la línea femenina, y que cualquier ruptura de madre a hija representaba el final de una dinastía. Aunque esta visión ya no es popular entre los egiptólogos, no se ha propuesto ninguna alternativa aceptable. Los relatos bíblicos de los patriarcas revelan que el proceso de selección era muy subjetivo, y que era una ruptura en la línea paterna la que constituía el final nominal de una dinastía. En el caso de Jacob y Esaú, no había ningún acuerdo entre sus padres Isaac y Rebeca acerca de qué hijo debía ser elegido. La sucesión de Jacob sobre Esaú se atribuye mayormente a la influencia de Rebeca y el engaño de Jacob.

La voluntad de Rebeca prevaleció finalmente sobre los deseos de Isaac. Se dijo que Esaú y sus primeras dos esposas fueron "amargura de espíritu para Isaac y Rebeca." A pesar de esto, Isaac amaba a Esaú todavía más. Thutmosis III fue "un hombre de guerra" y pasó la mayor parte de su vida en el campo de batalla. Se le atribuye hasta 17 campañas militares. Esaú (Edom) era en este aspecto un hombre enteramente al gusto de su padre. A la inversa, Jacob fue retratado como un hombre tranquilo que prefería quedarse en casa. En "favor" de Jacob, se dice de Thutmosis III que estaba atraído por la escritura jeroglífica y la poesía. Esto indica que los "Salmos de David" deberían ser atribuidos principalmente a Thutmosis III, frente a Thutmosis I.

Thutmosis III fue finalmente sucedido por su hijo Amenhotep II, el patriarca bíblico Jacob. La identidad histórica de Esaú se encuentra en el principal rival de Amenhotep II, el dirigente mitani "Sausatar hijo de Parsatatar." E-sau es evidentemente un juego de palabras con el nombre de Sausatar. Es más, Par-sat se deriva de la parte final del prenombre de Thutmosis III, Men-kheper-ra ("Duradera es la Manifestación de Ra"). Se ha establecido una tendencia a vincular los nombres populares de reyes con adaptaciones de la parte final de sus prenombres. La forma -per(x)ra es una terminación común de los prenombres de la XVIII Dinastía. La primera parte de nombre Par-sat-atar es equivalente a Per-ra. El nombre mitani del dios sol Sat (Saturno) es equivalente al dios del sol egipcio Ra, especialmente en su forma de sol naciente Kheper,a el cual forma el componente intermedio del prenombre de Thutmosis III. "Atar" y "Ar" son sufijos genéricos que significan gobernante o señor. Sausatar estaba realmente pretendiendo ser el hijo del "Señor Per-ra," esto es, el faraón Thutmosis III, y por consiguiente, el hermano de Amenhotep II (Jacob).

En el Capítulo 12 se demostró que Rebeca, la madre de Jacob y Esaú, había sido traída a Egipto desde Padam Aram (Mitani), al noroeste de Mesopotamia, para convertirse en la esposa de Isaac. Rebeca era la hija de Betuel, un hijo de Nacor, el hermano de Abraham. Después de la infame batalla de los cuatro reyes contra cinco, Nacor se convirtió en un jefe de los mitani de Padam Aram (también conocido como Aram Naharaim). No está claro de qué lado se puso Nacor en el conflicto. Tampoco está claro si fue el gobernante de todos los mitani o sólo de una parte de estos pueblos extranjeros. No obstante, los largos pasajes bíblicos dedicados a Rebeca (Beketra), la esposa de Isaac, y después a las esposas de Jacob, Lía (Tia) y Raquel (Merit-Amon), reflejan la importancia de la rama de Nacor en la gran familia real de Taré (Senakhtenra Tao I). Se dice que Rebeca era una nieta de Nacor. Lía y Raquel eran sus bisnietas por parte de Labán, el nieto de Nacor. Cuando Esaú fue rechazado en Egipto, se convirtió en un jefe del clan de Nacor, el clan de su madre Rebeca.

Asociaciones de Nombres

Nombres Bíblicos Nombre Egipcios
Taré Súa Senakhtenra, Tao I, Apofis
Abram Abraham, Abdón Djehuty, Teti, Ibrim
Nacor Judá, Zur Rey de Naharin/Mitani
Gedeón Baal, Jerobaal, Mamre Sequenenra, Tao II
Tahas Sela, Nahas Ahmosis I
Sara Sarai Isis, madre de Thutmosis III
Fares Fares, Efrón, Jotam Thutmosis II
Isaac "Leví" Thutmosis III, Yii, Parsatatar
Rebeca   Hatshepsut-Meryetra, Beketra, esposa de Thutmosis III
Reúma Betsúa Reina Ahhotep I
Tamar I Maaca Reina Mutnofret, Hatnofer
Tamar II   Nefrura, hija de Hatshepsut
Esaú Edom, Gersón Sausatar hijo de Parsatatar, Rey de Mitani
Jacob Israel, Coat Amenhotep II, Yey
Lía   Tia, esposa de Amenhotep II
Raquel   Merit-Amon, esposa de Amenhotep II
Simeón   Príncipe Siamón
Judá   Thutmosis IV, hijo de Amenhotep II y Tia
José Amram Visir Yuya
Asenat   Tuya
Salomón Siloh Amenhotep III

Amenhotep II, un Pastor

Las inscripciones de Thutmosis III (Isaac) registran las campañas militares contra el "vil Nahrin" y "el caído de Nahrin". Sin embargo, la Biblia nos informa de que envió a su hijo menor Amenhotep (Jacob) para vivir con uno de los nietos de Nacor en Mitani (Padam Aram/Naharaim). Evidentemente, Nacor había engendrado a su propio "rey hereje," a quien Thutmosis se vio forzado a hacer batalla. Muy posiblemente, el usurpador fue responsable del éxodo anterior de Senenmut de Mitani a Egipto. El pariente "vil" y "caído" al que Thutmosis III se refería no habría sido de la misma línea colateral de la que descendían Rebeca, Raquel y Lía. El padre de Rebeca, Betuel, era el octavo hijo de Nacor, por consiguiente ésta no era probablemente la primera línea real de Naharaim. Sin embargo, es una observación convincente de la deslealtad de esta época el hecho de que Jacob estuviera realmente más seguro viviendo entre sus parientes de la tierra de Mitani que si estuviera en Egipto. No obstante, esta familia real particular era muy típica en guerrear entre sí un año y apreciarse al siguiente. A pesar de la lucha a muerte de Esaú y Jacob, ¡ellos llegarían después a hacer las paces y ofrecer al otro a sus propios hijos en matrimonio!

Como hijos nacidos a Thutmosis III en su juventud, Esaú y Jacob habrían sido dos hombres crecidos con hijos propios crecidos a finales del reinado de 54 años de su padre. Génesis 22 indica que los gemelos (Rehobot, "doble ensanche") nacieron antes de la muerte de Hatshepsut en el año 22 de Thutmosis. Thutmosis I había puesto fin al poder compartido entre príncipes rivales, lo cual fue frecuente en la época de Senakhtenra. También rechazó el modelo de la dinastía doble del Imperio Medio egipcio. Al final sólo habría un sucesor de Thutmosis III, y Amenhotep II era ese sucesor. Thutmosis III había restaurado un imperio. Era tarea de Amenhotep consolidarlo. Se requería un tipo de dirigente para recuperar el honor familiar, y ahora se necesitaba a otro para establecer una burocracia familiar efectiva. Un tipo diferente de desafío enfrentó al nuevo rey. Las habilidades de la educación y la moderación eran más importantes que la agresión física al descubierto. El nombre de Amenhotep significa "Amón está Satisfecho." Una interpretación en yiddish podría ser "¡Ya es Suficiente!" Las fronteras de Egipto eran ahora adecuadas para agradar el enorme apetito de poder de la familia. Era la hora de un dirigente con habilidades para la negociación, sabiduría civil, paciencia para la administración, y apreciación para la ciencia y cultura. Para abreviar, Amenhotep II era el político que ahora protegería los intereses del mejor reino de Egipto.

El nombre de David significa en hebreo "amado," y está relacionado con los fundadores del Imperio Medio egipcio Inyotef A (Sargón) e Inyotef II (Gudea). Inyotef A fue llamado Dudu (una forma de David) en la lista de reyes sumerios. Como Ahmed Osman ha demostrado, David (dvd) es también una transcripción del egipcio Thoth/Thut (twt). La historia del rey David es un relato compuesto, el cual asimila los rasgos y logros importantes de los reyes guerreros Thutmosis I y Thutmosis III. Ellos son los fundadores del Imperio Nuevo egipcio según el relato de Reyes/Crónicas de la Biblia. Los príncipes del periodo posterior de los Hyksos están referidos en la Biblia como los "hijos de Het," o traducido literalmente, los "hijos del Terror." Fueron, como se dijo del bíblico David (Thutmosis I & III) y sus cohortes, "poderosos hombres de valor" y "hombres sanguinarios" en la tradición de Sargón. Recíprocamente, los reyes de la XVIII Dinastía llamados Amenhotep (I hasta IV) fueron en general mucho más urbanos. Amenhotep I fue llamado "Amenhotep de la Ciudad," "Amenhotep, el Favorito de Amón, y "Amenhotep de la Corte." Amenhotep también fue el patrón del astrónomo Amenemhet durante veintiún años.b

Al contrario del Jacob arquetípico (Inyotef A/Sargón), Amenhotep II (el Jacob del Imperio Nuevo) no buscaba problemas. Al contrario, hizo todo lo posible por evitarlos. La Biblia retrata a Jacob como temeroso y rápido en pacificar una amenaza física. Como Inyotef II (Gudea), superó a su rival con la inteligencia y no con la fuerza bruta. Los Amenhotep fueron estereotipados como filósofos y amantes, no como luchadores. De hecho, durante el reinado de Amenhotep II, existió de nuevo una guardería rebosante de niños regios y queridos. Las bellas artes nunca fueron tan refinadas como en la época de Amenhotep II. Su sucesor Amenhotep III se dedicó a redescubrir la sabiduría, los misterios y las tradiciones de las Dinastías egipcias más tempranas. Como se discutió en el Capítulo 9, Amenhotep II y su nieto Amenhotep III fueron combinados en la narración de Reyes/Crónicas para formar al legendario rey Salomón, el más sabio de todos los antiguos soberanos.

Según el estilo bíblico, Jacob está cuidando las ovejas en Aram cuando su padre Isaac (Thutmosis III) lo llama a Palestina para ser nombrado sucesor. En consecuencia, toma el lugar de su padre como un dios viviente que asciende y desciende los elevados escalones de uno de los lugares más sagrados del mundo antiguo, la Betel bíblica. Cuando sus días están cumplidos, la familia no sólo reclama la posesión de todos los territorios de Egipto y Canaán, sino que alardea del tributo gratamente pagado por todos sus pueblos. Amenhotep II no sólo fue visto como una repetición de los dos famosos conquistadores del Imperio Medio (Inyotef A-Sargón e Inyotef II-Gudea), sino que también era el análogo de Etana en el Imperio Nuevo egipcio. En la lista de reyes sumerios, el nombre de Etana es seguido por el epíteto: 'Un pastor; el que ascendió al cielo, el que consolidó todas las tierras.' "

Amenhotep II fue el primer faraón del Imperio Nuevo egipcio en añadir el epíteto "heqaiunu" a su nombre en su cartucho.c Los egiptólogos traducen este epíteto bastante inocentemente como "Gobernante de Heliópolis". Sin embargo, el jeroglífico de la vara curvada del pastor (heq) también podría traducirse como "Rey Pastor."d Por lo tanto, Amenhotep II también se iguala a Etana en este aspecto. Amenhotep III siguió su nombre con el epíteto "heqawaset," que significaría "Rey Pastor de Tebas."e Amenhotep II había trasladado la capital de Egipto desde Tebas a Heliópolis (On/Menfis), en el Bajo Egipto. Su nieto y sucesor Amenhotep III la trasladó de vuelta a Tebas. Sin embargo, los dos prefirieron ser considerados como pastores del pueblo. De hecho, estos faraones se convirtieron en uno como el Salomón bíblico.

Amenhotep II, como el Jacob bíblico, es retratado como el tímido pastor que ascendió al cielo y consolidó las tierras de Canaán y Egipto. Etana pudo consolidar las tierras mediante su hijo legal y heredero Bilá, el vigoroso cazador Nimrod (véase Capítulo 4). Amenhotep también seleccionaría a un defensor fuerte de entre sus hijos, y le otorgaría los nombres de Thutmosis y Nimrod. Como un Thutmosis, se esperaría que siguiera la pauta impuesta por los faraones guerreros Thutmosis I y Thutmosis III, los cuales le habían precedido. Como el heredero del Etana del Imperio Nuevo, se esperaba que este hijo fuera el que reafirmara la dominación sobre Mesopotamia. Sin embargo, Thutmosis IV no pudo cumplir este llamamiento. Él, o murió joven o fue asesinado, y su padre Amenhotep II le sobrevivió.

Llamado desde Sus Rebaños

En la antigüedad, el rey ideal era uno que fuera llamado desde la atención de sus rebaños hasta el guiamiento del pueblo. La Biblia va a retratar a grandes rasgos a Jacob como un hombre que fue un amo pastor. No sólo tenía dedicación por los animales, sino que también sabía cómo criarlos para que fuesen fuertes y numerosos. El autor del libro de Samuel no podría resistirse también a aplicar este estereotipo a la figura compuesta del rey David. Los reyes comprendían la crianza. No sólo criaban animales activamente, sino que también consideraban que ellos mismos fueron criados para la realeza. La práctica del incesto regio garantizaba que cada nueva generación de gobernantes pudiera demostrar que su linaje "divino" era puro. Sin embargo, la obsesión por la endogamia probablemente era más que un derecho exclusivo para gobernar. También creían, evidentemente, que mejoraría finalmente su habilidad para gobernar. La endogamia no lleva inmediatamente a la acumulación de anormalidades. Sin embargo, aumenta dramáticamente la probabilidad de que algunos rasgos recesivos (tanto ventajosos como perjudiciales) reaparezcan en cualquier generación dada. La familia estaba preparada para desechar, e incluso matar, a los descendientes reales que nacieran con rasgos negativos o peligrosos.

Después de muchas generaciones de endogamia, los múltiples rasgos recesivos en los hijos (e hijas) reales rivales habrían sido la causa de las dificultades para juzgar su aptitud relativa para gobernar. Algunos rasgos recesivos no se manifiestan hasta la madurez, y no siempre podrían ser tenidos en cuenta en la sucesión. En unas pocas generaciones de una nueva dinastía, la esterilidad se habría convertido también en un problema que daría como resultado a menos candidatos reales entre los cuales escoger. La elevada esterilidad entre las parejas reales hizo necesario que un hermano, un tío, o incluso el padre del rey, engendrara a uno o más herederos en el nombre del rey en casi cada nueva generación. El rey y la reina no eran estériles por separado. Los reyes crearon verdaderas naciones mediante innumerables concubinas, aun así frecuentemente no podían tener hijos de sus esposas regias, con las que estaban estrechamente emparentadas. Los hermanos más jóvenes, hermanastros, y primos que tenían sus propias ambiciones de gobernar, con frecuencia eran considerados "malos," por su poca colaboración en engendrar hijos en el nombre de su rival. La intriga y traición por definición debían de haber abundado como resultado de este protocolo de sucesión.

Jacob y Esaú ya eran hombres de mediana edad en el momento de la inminente muerte de Isaac. Sin duda cada uno tenía uno o más rasgos indeseables que simplemente habrían aparecido en este momento. El examen de las momias reales del Imperio Nuevo egipcio revela que ningún faraón fue un espécimen físico ejemplar. Estaban predispuestos a la excoriación y otras enfermedades, artritis, escoliosis y otros desórdenes de los huesos, calvicie masculina y femenina, abscesos dentales y dientes salientes o de conejo, etc. Esto no incluye desórdenes mentales y del sistema nervioso que no pueden discernirse por inspección visual o por las radiografías de las momias. Los genes de estos faraones se extendieron a la población general como resultado de sus numerosas esposas y concubinas.

Los padres de Esaú y Jacob reflexionaron durante décadas, y todavía no pudieron decidir cuál era el más apto para gobernar Egipto. Los hijos gemelos habrían sido candidatos ideales para una corregencia doble, como se había establecido entre Amenemhet II y Sekhemkara en el Imperio Medio. Sin embargo, Isaac (Thutmosis III) no sólo rechazó la idea de la corregencia doble, sino también la idea misma de corregencia. Debe sospecharse que había algo más que la estabilidad mental y física de Jacob y Esaú. Posiblemente, había designado a su hijo de Nefrura, la hija de Hatshepsut, como su primer sucesor, pero no hay ninguna evidencia de que este hijo, Amenemhat, ostentara los títulos faraónicos de un príncipe heredero. Igualmente, el hijo que Thutmosis III (David el Joven) tuvo de la nieta de Senenmut (Betsabé) tampoco está hasta ahora atestiguado. Fue bien entrada la sexta década del reinado cuando Amenhotep II fue finalmente designado. Durante unos veinte años, Thutmosis III había compartido el poder con Hatshepsut. Esta experiencia debió de haber sido tan traumática para él que lo volvió reacio a compartir el poder con cualquiera de sus tres competentes hijos. La aplicación del modelo de la dinastía múltiple tendría que esperar hasta el reinado del rey-pastor Amenhotep II.

Los egiptólogos realmente no saben qué pensar sobre la jactancia de Amenhotep II acerca de su propia destreza física. Bárbara Mertz escribe:

"Thutmosis III había lanzado una flecha contra una plancha de cobre de cinco centímetros de espesor, y la flecha sobresalía por detrás veinte centímetros; Amenhotep II lanzaba su flecha contra una plancha de ocho centímetros de espesor, y la atravesaba limpiamente. Entrenaba a sus caballos tan hábilmente que no sudaban, incluso cuando galopaban. Remaba un barco (con un remo de 10 metros) seis kilómetros y medio sin detenerse, y después lo arribaba solo; su tripulación de 200 hombres se había desmayado mucho antes. Podía correr más rápido que nadie en Egipto, y ningún hombre podía tensar su arco."f

Betsy M. Bryan escribe:

"Las pretensiones de Amenhotep de excelencia en el manejo del caballo y del barco son muy raros y por consiguiente sugieren un grado de exactitud histórica -aunque quizás con alguna exageración.g En la estela de la Esfinge, Amenhotep II alardeaba de su manejo del barco, de la carrera, del caballo, y del arco. El estudio de Deckerh sobre estela de la Esfinge de Amenhotep II sostenía que la utilización del tópico atlético se debía principalmente a la importancia para un gobernante en su coronación de una virilidad juvenil convertida en ritual."i

Cyril Aldred escribe:

"Como príncipe, Yey [Jacob] ostentó el cargo de Comandante de la Carrocería (Amo del Caballo) como lo hizo su padre Yii [Isaac]."j

Alan Gardiner escribe:

"Cuando él [Amenhotep II] tenía dieciocho años de edad, ya era un experto en el arte de Montu, el dios de la guerra."k

Si la momia de Amenhotep II ha sido identificada correctamente (y no estamos completamente seguros de que lo haya sido), entonces fue el más alto de todos los faraones del Imperio Nuevo. Sin embargo, la Biblia indica que de ningún modo era el más varonil. De hecho, la Biblia revela que las exageradas inscripciones de Amenhotep II, realizadas después de su muy tardía elección como príncipe heredero, eran efectivamente propaganda para sobreponerse a su conocida inferioridad respecto a su hermano mayor en este criterio de sucesión.

La Escalera de Jacob

En un momento tan tardío como fue el año 54 de su reinado, Thutmosis III estuvo finalmente listo para anunciar su decisión con respecto a la sucesión. La Biblia insinúa que Jacob y Esaú fueron convocados a presentarse ante su padre en Palestina. La odisea psicológica de Jacob se reanuda incluso antes de dejar Aram. En lugar de arriesgarse a luchar con su tío Labán, la Biblia registra que Jacob escogió huir de noche con sus rebaños, sus hijos y sus cuatro esposas. Jacob muestra una vez más su carácter. No obstante, Labán le sigue después y la confrontación es inevitable. Labán le dijo a Jacob, "El dios de tu padre me dijo, 'Ten cuidado de decir a Jacob cosa alguna, ni en bien ni en mal.' " Labán sentía que poseía a Jacob, pero temía a Egipto, y más específicamente a Isaac (Thutmosis III). Por consiguiente, no le hizo daño a Jacob. Invocaron a los dioses de su respectivos padres, Abraham y Nacor, para consolidar una alianza entre ellos. Además, el juramento es tomado en el "nombre del Temor de Isaac." Ésta es una indicación de que Isaac era un gobernante muy poderoso (y todavía vivo en ese momento), y no un pasivo cavador de pozos. El "Temor de Isaac" se menciona dos veces, una vez en el versículo 42, y de nuevo en el versículo 53. Hablando de Thutmosis III, la Estela Poética dice, "las tierras de Mitani tiemblan de miedo ante ti."l

Apenas Jacob había "cruzado el río" Éufrates y salido de la tierra de Labán, cuando su mente se preocupó de aplacar a su enojado hermano Esaú. Decidió enviar mensajeros "delante de sí" a Esaú en la tierra de Seir, el país de Edom. Shamash-Edom estaba en el lado norte del Éufrates, y también se considera que Seir está al noroeste de Mesopotamia. Por consiguiente, la situación de la Seir mencionada aquí puede ser la Edom (la "Tierra Roja") del Bajo Egipto. Después del "encuentro cumbre" con Thutmosis III, Esaú "volvió" a Seir (Génesis 33). Sólo después de que Jacob se convirtiera en faraón, hizo que Esaú "se separara" de él y se fuera a la Seir de Mesopotamia (véase Génesis 36). Sin embargo, debe decirse que el sentido de la dirección en este pasaje de la Biblia es confuso. Posiblemente, Jacob y Esaú esperaron su hora en Aram antes de ser convocados en Palestina, y como consecuencia, Esaú volvió al noroeste de Mesopotamia para asumir un trono menor.

Amenhotep pudo haber tenido poco o ningún contacto con su padre en los veinte años que pasó entre sus parientes reales de Aram. Parece que Thutmosis III tuvo serias dudas de que Amenhotep fuera adecuado físicamente para gobernar en el momento en que se tomara la decisión. Incluso si Jacob, cuando era joven, hubiera poseído la destreza física propia de un cuerpazo de 2 metros, todavía estaba empequeñecido por la bruta agresividad de Esaú. Sin embargo, después de una larga noche de intensa comprobación, Amenhotep fue declarado sucesor, y se le dio el título regio de "Israel."m Hay muchas formas de mirar el nombre de Israel, y el nombre probablemente tomó más de un nivel de significado. La interpretación que encaja mejor en este pasaje en particular es "Él Gobierna como Dios."n Thutmosis III había restaurado a la línea de Senakhtenra (Taré) un imperio. Amenhotep II lo gobernaría como el Rey Divino, y honraría a su padre Thutmosis III, el cual lo había designado como El-Elohe-Israel (Dios, el Dios de Israel).

Jacob llama a su lugar de destino con el nombre de "Peniel/Penuel." Peniel significa "cara de Dios," y simboliza el examen cara-a-cara que recibió allí de su deificado padre Isaac. Puede haber sido un juego de palabras con el nombre original del lugar, que no se ha conservado.o Fue en Siquem en donde Abimelec (Thutmosis I) fue coronado rey de Israel. Es lógico que Thutmosis III escogiera Siquem o un sitio cercano como el lugar para designar formalmente a su propio sucesor. Génesis 33:18 (NVI) dice: "Cuando Jacob volvió de Padan Aram, llegó sano y salvo a la ciudad de Siquem, en Canaán, y acampó frente a ella." Jacob y Esaú fueron llamados a Siquem, pero sólo uno sería elegido.

Antes de la XVIII Dinastía egipcia hubo siete faraones llamados Inyotef (Ya-chob). Hubo también un Yakub-her en la XV Dinastía y un Yakob-a-am en la XVI Dinastía. Por consiguiente, no es sorprendente que un faraón de la XVIII Dinastía también asumiera este nombre o identidad. Sin embargo, en la Biblia, Amenhotep II no es llamado Yakub/Yachub, que significa "amado de Ya," sino Ya'aqob, "el conquistador." Si Esaú se hubiera convertido en faraón de Egipto, ¿cómo habría sido retratado ahora Jacob? ¿No habría sido denigrado como el "usurpador" Seth, el cual intentó tomar el trono del hijo mayor y verdadero Horus, Esaú, el ungido de Dios?

Amenhotep II había sido llamado de Padan Aram y nombrado corregente. Sin embargo, todavía no consideró prudente establecer su residencia en Egipto. Esaú había "vuelto" a Edom/Seir, en Egipto. Como indica la Biblia, Esaú posiblemente no requería (o no lo eligió) dejar Egipto para irse a Seir, en Mesopotamia, hasta la muerte y el entierro de Thutmosis III. "Dios," a saber Thutmosis III en este contexto, no estaba precisamente preparado para "volar al cielo," por consiguiente le ordenó a Jacob "subir a Betel y quedarse allí." Tras la llegada de Jacob a Betel, la Biblia se refiere a una confirmación adicional por parte de Thutmosis III de que Amenhotep II debía ser el sucesor.p Se pronuncia una bendición y la "profecía" de que Jacob sería el progenitor de una línea de reyes y una comunidad de naciones. Amenhotep II engendró un gran número de príncipes, y es el progenitor de los siguientes siete reyes de la XVIII Dinastía egipcia. Se demostrará en la Parte II de este libro que también es el gran precursor de la línea colateral que se convirtió en los faraones de la XIX Dinastía.

Unos veinte años antes en Betel, Jacob vio "una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y ángeles de Dios que subían y descendían por ella. Y el 'Señor' estaba en lo alto de ella."q Esto no fue un sueño, sino una escena de su padre Thutmosis III oficiando sobre la escalinata de un templo escalonado. Thutmosis III, en su papel divino, se había aparecido allí a Jacob y "le habló." Thutmosis III estaba ahora ordenándole regresar a Betel y construir un altar en ese lugar. Era la oportunidad de Amenhotep II (Jacob) para representar el papel divino. Igualmente, a Etana (el Sem arquetípico) se le había pedido "construir la 'Casa' [el templo-zigurat] que será la montaña más alta de toda la tierra." Subiendo los escalones de este templo, Etana "ascendió al cielo."r Gudea (Inyotef II), otro modelo de la figura de Amenhotep II, reconstruyó el gran templo de Lagash de Mesopotamias y contribuyó al rápido crecimiento del templo de Amón en Karnak, en Egipto. Durante el reinado de Amenhotep II se iniciaron los planes para la construcción de un nuevo templo de Amón en la Tebas occidental (Malkata). Este proyecto fue completado en el reinado de su sucesor Amenhotep III.

"Betel" significa literalmente la "Casa de El." No hay suficientes detalles en el relato bíblico para establecer si este lugar sagrado estaba en el sitio tradicional de Betel, en los alrededores de Siquem, o estaba en el Monte Moriah. En Génesis 33:18, algunos manuscritos dicen "Salem, una ciudad de Siquem, en Canaán," en lugar de simplemente "Siquem, en Canaán." Sin embargo, no puede ser conveniente hablar de Jerusalén como una ciudad propia durante el reinado de Amenhotep II. La erudición reciente indica que había poco más que un santuario fortificado en el lugar durante este periodo.t Sin embargo, la arqueología del Milo de Jerusalén fecha su construcción en la XVIII Dinastía egipcia, debido a la alfarería encontrada en el relleno. La Biblia atribuye a Salomón (Amenhotep III o su predecesor Amenhotep II) la construcción del Milo y el Templo de Jerusalén. No obstante, como señala Ahmed Osman, la Biblia está refiriéndose probablemente a la construcción en Tebas/Luxor, la Jerusalén de Egipto.

Después de su elección, Jacob intenta reconciliarse con el rey cananeo Hamor. El conflicto ocurrido una generación antes entre Abimelec (Thutmosis I) y otro (o el mismo, pero mucho más joven) Hamor se encuentra en Jueces 9:28. Jacob compra la tierra de Hamor, y está de acuerdo en dar a su hija Dina en matrimonio al hijo de Hamor, Siquem. El siempre cauteloso Jacob está preocupado por los "moradores de esta tierra, el cananeo y el ferezeo," y una vez más busca una solución política en vez de militar. No obstante, su intento de pacificación es frustrado por sus propios hijos Simeón y Leví. El nombre de Simeón significa "el que escucha inteligentemente, el que discierne." Es una adaptación de su nombre egipcio Siamón, un conocido hijo de Amenhotep II. Siamón significa "Hijo de Amón." Sin embargo, el dios egipcio del "conocimiento divino" era Sia. ¡Este mismo dios también era el protector de los genitales masculinos! Fue Simeón el que exigió que los siquemitas se circuncidaran.

El mismo registro arqueológico indica que Amenhotep II fue un hombre cruel. En su año 3 ejecutó a varios jefes sirios. Después, en Egipto, desfiló y colgó sus cadáveres en público. La Biblia sugiere que Jacob pudo haber sido severo, como cuando castigó a su hijo Simeón (véase más adelante). Sin embargo, estos actos probablemente no fueron por placer sádico, sino por efecto. Amenhotep utilizó la barbarie contra los jefes sirios como un disuasivo psicológico, y se aseguró de que no tuviera necesidad de realizar indefinidamente campañas militares como en el caso de su padre. Amenhotep II trató de superar las objeciones sobre su destreza física con planificación, perseverancia, una dosis liberal de propaganda, y el uso escaso de la pena capital.

Esperando la Exhalación

Un nuevo problema con los mitani empezó en un momento al principio del reinado de Amenhotep II, y posiblemente incluso en los últimos años del reinado de Thutmosis III. Esto es un sincronismo con la decisión de Thutmosis III de nombrar a Amenhotep como su sucesor en momento muy tardío de su largo reinado. En su delicado encuentro en Palestina, Esaú y Jacob se abrazaron y "lloraron," sin embargo Jacob, como siempre, permanece completamente al margen. No se menciona ninguna alianza entre los hermanos. La Biblia hace explícito que Esaú se inclinó por la destrucción y la venganza después de perder la primogenitura (esto es, el trono de Egipto) en favor de su hermano gemelo menor. Mitani, en vez de Egipto, estaba convirtiéndose rápidamente en el reino residual familiar, y fue el premio de consolación de Esaú. Consistente con el registro bíblico, la arqueología indica que Sausatar condujo a los mitani a una revuelta durante los primeros nueve años del reinado de Amenhotep, y posiblemente comenzó a finales del reinado de Thutmosis III.u

Siria y el Líbano, y especialmente las ciudades de Tiro, Biblos, Damasco y Bet-Semes (Baalbek), eran sin duda una parte muy importante de la herencia familiar. Senakhtenra Tao I fue recordado como el "Señor del Oeste" en la necrópolis egipcia. No es sorprendente que sus hijos de Canaán/Egipto compitieran con sus "hermanos" de Aram Naharaim, al noroeste de Mesopotamia, por Siria y el Líbano. Estaban en juego serios derechos de presunción. Thutmosis III había ganado la mejor baza. Amenhotep II se daba cuenta totalmente de que era su deber mantener esa ventaja. Thutmosis III había necesitado poca propaganda. Sus logros permanecerían para ellos, y fueron documentados en su mayor parte de manera escueta. El hombrecito dejó tras de sí unas sandalias demasiado grandes para llenar. Amenhotep II debió de haberse sentido intimidado por tales expectativas.

Un tratado entre Amenhotep II (Jacob) y Sausatar (Esaú) no se produciría hasta el año 9 del reinado de Amenhotep II o después. Antes de esto, Amenhotep dirigió una o más campañas al otro lado del Éufrates en una región llamada "Shamash-Edom." A pesar de la maquinaria de guerra bien engrasada que Thutmosis III le dejó en Egipto, Amenhotep estaba logrando sólo un éxito moderado para un dirigente militar. Las indicaciones son que realmente estaba perdiendo terreno frente a Sausatar. Mientras acampaba durante su campaña final, Amenhotep fue fiel a su personalidad aprensiva. Una estela encontrada en Menfis registra que el dios Amón le visitó por la noche al ansioso Amenhotep en un sueño y le prometió la victoria.v Sausatar no tenía recursos para llevar a cabo una lucha contra Egipto, y también tenía que tratar con la creciente amenaza de los hititas, los cuales estaban más cerca de casa. Donald Redford especula que Sausatar sabiamente escogió eliminar un frente mediante la diplomacia. Esaú eligió hacer las paces con su hermano Jacob, en lugar de tener que hacerlas con un pariente más lejano que gobernaba sobre los hititas.

Amenhotep luchó contra los mitani por deber, y no por amor a la guerra. Cuando Sausatar requirió una tregua y renovó la "hermandad," Amenhotep fue rápido en aceptar. La inscripción de Amenhotep que registra el súbito giro de los acontecimientos no oculta su consumada alegría por el cese de las hostilidades. Coat, un seudónimo de Jacob que significa "alianza," refleja el método de progreso preferido de Amenhotep. Quizás, en su juventud, Amenhotep se consideraba a sí mismo un atleta, pero no tenía ciertamente el corazón de un guerrero. Amenhotep había "luchado con Dios y los hombres," no porque lo quisiera, sino porque se vio obligado a ello. Primero había ganado el respeto de su padre. Ahora tenía el respeto de su belicoso hermano. Además, Amenhotep II alardea de que cuando otros grandes soberanos del Cercano Oriente oyeron hablar de su tratado con Sausatar, ellos también les enviaron a sus emisarios para "implorar por sus vidas." Thutmosis III había sido implacable. Cuando otros monarcas del Cercano Oriente se enteraron de lo fácil que era aplacar al nuevo rey de Egipto por la súplica, sin duda fueron rápidos en seguir el ejemplo de Sausatar. El empobrecido reino residual de Senakhtenra se había convertido en una de las "Cinco Grandes" potencias de la fragmentada familia patriarcal, siendo las otras Babilonia, Asiria, los Hititas (Hati), y Mitani. Amenhotep iba a respirar tranquilo por algún tiempo.

El León Viejo y el León Joven

La inscripción que alardea de la propuesta de paz de Mitani está fechada en el año 9 de Amenhotep. Después siguieron la presentación de ricos regalos a Amenhotep II, así como el matrimonio de la misma nieta de Sausatar con el hijo de Amenhotep, Thutmosis IV. Este matrimonio insinúa que Thutmosis IV ya había sido designado como heredero, y probablemente como corregente, hacia el año 9 de Amenhotep. Mientras todavía era un joven príncipe de Menfis, Thutmosis IV estaba fuera montando en su carro y se detuvo para descansar al lado de la Esfinge. En la sombra del antiguo monumento, Thutmosis tuvo una "visión" de su dios patrón Ra-Herakhty. Le dijo que despejara la arena de la base de la Esfinge. Por este acto aseguraría su sucesión como el siguiente faraón de Egipto, aunque no fuese el hijo mayor de su padre. Thutmosis colocó después una estela entre las patas despejadas de la Esfinge para documentar su momento de destino. Un extracto  dice:

"Yo soy su padre Harmakhet-Khepri-Ra-Atum. Yo te concederé la realeza sobre la tierra de los vivientes y llevarás la Corona Blanca y la Corona Roja sobre el trono de Geb, el heredero."w

La interpretación bíblica propuesta aquí es que la "visión" de Dios fue una aparición del patriarca gobernante, u otra persona regia de alto rango, en su papel designado de representante terrenal de Dios. La inscripción de Thutmosis IV es un ejemplo de esta tradición que figura en el mundo de la arqueología. Thutmosis IV pretende que se le prometió la realeza por parte de nada menos que de su padre Ra-Herakhty. Sin embargo, en un sentido práctico, los asuntos de la sucesión habrían sido la prerrogativa de su padre terrenal Amenhotep II. Los egiptólogos están perplejos de que fuera Merit-Amon (Raquel) la Esposa Real Principal de Amenhotep II, sin embargo su sucesor Thutmosis IV (Judá) era el hijo de su segunda esposa Tia (Lía). ¡La narración bíblica resuelve este misterio! José era el hijo favorito de la esposa favorita, sin embargo, con respecto a la sucesión, se le dio prioridad a un hijo de la esposa mayor Lía (Tia).

Según la Biblia, los tres hermanos mayores de Judá habían caído en desgracia ya antes de la muerte de Isaac y la sucesión de Jacob. Esto convirtió a Judá (Thutmosis IV) en el nuevo heredero visible. En la Esfinge, Amenhotep II había colocado la placa que alardea de su propia fuerza y el merecimiento de la realeza. Eligió este sitio para nombrar como su sucesor al más fuerte de sus propios hijos. Y con ello vino un formidable desafío -el poderoso "León Joven" tenía que dejar suelto al "León Viejo." Mediante este logro, Thutmosis justificaría la decisión de su padre de hacerle corregente. La prolongada lucha de Jacob con Esaú debió de motivarle para nombrar a Judá como corregente en un momento temprano de su reinado, para evitar así la repetitiva pesadilla regia que devastaría su propia casa. El suceso en la Esfinge y la estela que lo conmemora sin duda le hizo ganar a Thutmosis el apodo de "León de Judá." También es un título que fue asimilado después por la tradición mesiánica.x

Un Cuento de Dos Hermanos

Judá fue nombrado sucesor. No obstante, José, como el hijo mayor de la esposa favorita de Jacob, siguió siendo objeto de un considerable desprecio por parte de sus hermanos.y Después de un intento realizado contra la vida de José, fue rescatado por Judá y llevado a la corte real de Judá en el Bajo Egipto. En vez de comprar a José, los "comerciantes ismaelitas" habían sido pagados para transportarlo. Alternativamente, la implicación de los ismaelitas (babilónicos) puede representar una composición de material asociado con la vida del José arquetípico (Yusef/Inyotef IV) del Imperio Medio egipcio. José fue elevado por el faraón soñador Thutmosis IV en el Imperio Nuevo. En el Imperio Medio, José fue rescatado probablemente por Amenemhet II (Mahalaleel-Judá), pero fue nombrado visir por un faraón posterior, Amenemhet III (véase Capítulo 9). A Amenemhet III se le da el nombre de Helem ("un sueño") en 1 Crónicas 7:35. José diría más tarde: "Dios me envió aquí (a Egipto) para salvar vidas."z Sin embargo, él mismo fue rescatado para engendrar un heredero para su hermano. La bendición final de Jacob a José dice que se tuvo piedad de José "por las manos del Fuerte de Jacob, por el nombre del Pastor, la Roca de Israel." La "intervención divina" rescató a José de sus criminales y celosos hermanos, y lo llevó a la casa de "Putifar," en el Bajo Egipto.aa

El título bíblico de Putifar (Pot-i-Far) es equivalente al del antiguo Abimelec (Ab-i-Melec), y significa "Padre del Faraón" en vez de "Padre del Rey." La primogenitura se había transferido a Judá (Thutmosis IV) sobre sus tres hermanos mayores. El placer de ser el padre del siguiente rey de Egipto era ahora todo suyo. Con frecuencia, el heredero no era oficialmente designado como corregente hasta que hubiera engendrado primero un heredero propio. Esto evitaría problemas en la sucesión, al menos en parte. En el momento de la llegada de José al Delta, Thutmosis todavía no tenía a ese heredero. La pregunta es si Thutmosis estaba en este momento preparado para darse por vencido y esperar a José. La esposa de Judá (Putifar) estaba con certeza ansiosa de que otro hermano realizara ese deber. Como se apuntó en el Capítulo 14, la heredera designada estuvo también bajo la intensa presión de tener hijos.

La confusión puede resolverse reconociendo la identificación de Yuya como José. El primer suceso importante en la vida de José fue cuando Judá le rescató del pozo. Como en la historia de Etana, esta es una indicación clara de que Judá le necesitaba para engendrar un heredero. Habría sido un acto egoísta por parte de José no darle un heredero a su hermano por su bondad. La obediencia de José fue demostrada con su buena disposición para ceder tanto ante Judá como ante su desesperada esposa. También era prudente hacerlo, considerando que, a veces, se mataba a los príncipes que no cooperaban en este proceso. En segundo lugar, debemos comprender la historia del José arquetípico, Inyotef IV, del Imperio Medio. El primer José engendró un heredero común para Judá (Amenemhet II) y Jacob (Senusret II). Este heredero, Auibra Hor, cayó después en desgracia, lo cual le llevó a problemas también a Inyotef IV. El encarcelamiento de Inyotef IV fue en cierto sentido una consecuencia de haber sido el padre de ese heredero caído. Sin embargo, Inyotef fue perdonado después por Amenemhet III, y nombrado visir.

Yuya, el José del Imperio Nuevo, era obediente y tuvo éxito en engendrar un heredero en el nombre de su hermano Judá (Thutmosis IV). No obstante, todavía fue necesario para él soportar un encarcelamiento simbólico antes de ser nombrado visir. Por otra parte, la repetición no se cumpliría. En la historia del nacimiento de Isaac (Thutmosis IV) en Génesis 20, Abimelec (Thutmosis I) también fue sujeto a un castigo simulado, aunque él tuvo éxito en engendrar de Sara (Isis) un heredero para Abraham (Djehuty). Sin embargo, en el caso de Yuya, su castigo fue más específico, y sirvió para completar su identificación con el José arquetípico. Después de "despertar" sospechas, a José se le asignó el trabajo creativo, si no procreativo, de "funcionario de inteligencia" en la prisión estatal. El encarcelamiento del primer José probablemente no fue fingido. ¡Ni incluso el copero, el cual sin duda era un pariente cercano, se atrevió a dejar caer su nombre en la corte real! El copero era tradicionalmente una persona regia. Por ejemplo, Parennefer, el copero de Akhenaton, se permitió el lujo de tener su propia tumba.

Justo antes del relato de José y Putifar, se inserta en la narración un ejemplo más antiguo de "adulterio divino." La historia de Judá y Tamar proporciona una guía del protocolo de la corte real con respecto al engendramiento de herederos, y cómo ese protocolo a veces era predominante. La esposa de este primer Judá es denominada como una hija de Súa, que es Taré. Esto sirve para identificar al "Judá" de este interludio del Génesis como Nacor hijo de Taré/Súa. Nacor era físicamente más agresivo, y también más exitoso en la paternidad que su hermano mayor Abraham. Por estas razones, Nacor fue muy "alabado," esto es, favorecido, por Taré. Sin embargo, los tres hijos de Nacor nacidos de su esposa Betsúa ("hija de Súa") estaban teniendo dificultades en engendrar herederos propios. Estos hijos de Nacor (Judá el Mayor) son enumerados en 1 Crónicas 2:3 como Er, Onán, y Sela. En Gén. 22:24, Betsúa es llamada Reúma, y a sus hijos se les dan los nombres simbólicos de Teba ("algo que ha sido masacrado"), Gaham ("quemar") y Tahas.

Nótese que Milca es considerada como la esposa principal de Nacor en Génesis, y Reúma es considerada como una "concubina." Sin embargo, en las Crónicas, son los tres hijos de Reúma los que son destacados. Ni siquiera se mencionan a Milca ni a sus ocho hijos. Sin embargo, en todas las genealogías, los primeros dos hijos de Nacor y Betsúa/Reúma fueron muertos. La "maldad" de estos hijos estaba en su egoísta negativa de proporcionarle hijos a la heredera Tamar. Nacor decidió entonces ocultar a Tamar de su hijo menor Sela/Tahas (el histórico faraón Ahmosis, véase Capítulo 12, Notas 5 y 6). En cambio, él engendró de Tamar (Mutnofret/Hatnofer) a los herederos Fares (Thutmosis II) y Zara (Senenmut). Otro de los apodos de Nacor era Zur,ab que pudo haber llevado a un juego de palabras con zuwr (2114), connotando "adúltero." Fue el "adulterio" de Nacor con Tamar el que se conserva en la historia bíblica de Judá y Tamar, en Génesis 39.

Como se demostró en los Capítulos 7 y 8, hubo anteriormente figuras prominentes de Judá. En la XI Dinastía, Rimush, hijo y sucesor de Sargón, fue llamado Judá. En la XII Dinastía, el faraón Amenemhet II (el patriarca Mahalaleel) interpreta el papel de Judá. La tradición de Tamar y Judá (el "alabado") hijo de Súa/Taré fue insertada en la narración de Judá hijo de Jacob, en Génesis 38, con el único propósito de interpretar la "tentación de José" que sigue en Génesis 39. La dificultad en engendrar a un heredero es un tema recurrente con los patriarcas. Como hemos visto, los hijos regios se casaban tradicionalmente con sus hermanastras. Isaac y Jacob se casaron con primas suyas de Naharaim, sólo porque sus hermanas no estaban disponibles. La Esposa Real de Thutmosis IV también era una hermana o prima suya. Thutmosis IV entendió completamente que si él no era capaz de engendrar herederos varones y hembras, entonces el derecho sería transferido después, si no antes, a uno de sus hermanos, especialmente Yuya (José).

Después de que José hubiese languidecido durante dos años en la prisión, Thutmosis IV fue nombrado corregente. Es posible que Thutmosis fuera designado después de engendrar un hijo regio cualificado de una esposa menor (diferente de Putifar). Sin embargo, su padre Amenhotep II pudo haber escogido otorgarle el estado de corregente por razones diplomáticas. En el año 9 aproximadamente, Amenhotep II (Jacob) y Sausatar (Esaú) renovaron su hermandad. La nieta de Sausatar le fue dada en matrimonio a Thutmosis IV. Puede haber sido necesario dar a Thutmosis IV títulos faraónicos en este momento para evitar el riesgo de incurrir en la indignación de Sausatar una vez más. Con la coronación de Thutmosis, Yuya fue soltado de la prisión y, en resumidas cuentas, Thutmosis IV le designó como su Visir. De nuevo, en el cumplimiento del encasillamiento de José, Yuya administró la inmensidad del Delta egipcio y dio comienzo a los preparativos para una esperada hambruna. En este momento también se le dio a Asenat (Tuya) para ser su esposa. Asenat, se nos dice era la hija (o hermana "menor") de Putifar, ¡la antigua tentadora de José!ac

La Venganza se Sirve Fría

José aprendió una lección de humildad, y después de esto fue elevado a la diestra de su hermano el faraón. Aun así, no podría resistirse a utilizar su recién descubierta autoridad para saldar una vieja cuenta. Pronto preparó un plan para vengarse de Simeón (Siamón) por su traición. Tres capítulos enteros de la Biblia son consagrados a ello (Gén. 42-45). El José arquetípico, Inyotef IV, habría tenido antes la oportunidad de vengarse de la muerte de su padre Senusret II y el destierro de su hijo Au-ibra. Sin embargo, este episodio bíblico tiene un sabor distinto en el Imperio Nuevo, y puede haber sido más que una variación en un tema de la vida del José arquetípico. La aflicción del segundo Jacob, Amenhotep II, por Yuya probablemente no fue organizada. Quizás Amenhotep II no sabía al principio que Yuya no estaba muerto sino que había sido llevado a Egipto por Thutmosis IV (Judá). Sin embargo, los secretos no continúan siendo secretos en una gran familia. En algún momento se le debió de informar a Amenhotep II de lo que realmente había pasado lejos de la corte real, en Dotam, y estaría de acuerdo con la idea de Yuya de vengarse. A juzgar por la pasión con la que Jacob "protagonizó" el drama, Amenhotep II pudo incluso haber propuesto él mismo esa idea.

Rubén y Judá, los cuales actuaron primero para salvar a José de las manos de Simeón, se ofrecieron para representar de nuevo los papeles principales de la continuación. Posiblemente, Simeón sería el único que no estaría al tanto de esta jugada, por ser el único objeto de la venganza. En la narración, Rubén y Judá hablan todo el tiempo por los hermanos. Es parte del "montaje." Después de que sus hijos realizaran dos viajes al Delta, Jacob todavía no estuvo satisfecho de que Simeón fuera suficientemente castigado. José también parecía comprometido a hacerle sufrir en la prisión por un rato más. Sin embargo la emoción finalmente sobrecogió a José y puso fin al juego de la venganza.

Reducido a la Servidumbre

Los últimos años de Amenhotep II y Thutmosis IV fueron tranquilos desde un punto de vista arqueológico. Sin embargo, sin duda no lo fueron desde una perspectiva bíblica e histórica. Para Amenhotep, había que soportar una lucha más amarga. Una devastadora hambruna cambió el énfasis desde la delicadeza de la diplomacia extranjera a una determinación de desafiar a la muerte. Al final de su vida, Jacob es descrito en la Biblia como pobre en salud y pobre en espíritu. La hambruna de la época obligó a nobles y a innobles por igual a seguir en movimiento. Según los registros egipcios, Amenhotep II y Thutmosis IV deportaron a unos 80.000 cananeos. (Donald Redford, Egypt, Canaan, and Israel in Ancient Times, pp 165, 208.) Esta interpretación del registro bíblico y arqueológico revela que las deportaciones en masa del reinado de Amenhotep II fueron impuestas más por el hambre que por hacer campañas militares. Las personas venían al Bajo Egipto para comprar comida. Cuando su dinero y sus tierras se fueron, se vendieron a sí mismos como esclavos para sobrevivir.

Se sabe que Amenhotep II mantuvo varias residencias en el Bajo Egipto. Sin embargo, la hambruna descrita en la Biblia pudo darle motivos para cambiar la residencia principal de la corte real desde Tebas, en el Alto Egipto, a Menfis y el Delta.

En Gén. 46:28, Jacob envía a Judá a la cabeza del séquito para recibir "instrucciones." Sin embargo, ¡sabemos ahora que Thutmosis IV fue el último de los hermanos que necesitó instrucciones en el Bajo Egipto! A los israelitas se les da "lo mejor de la tierra" del Bajo Egipto, la "tierra de Ramesés, como mandó el faraón." La amplia familia de Jacob fueron los nobles de la tierra, por consiguiente sólo se espera que se repartan la propiedad más selecta. Tras su llegada al Delta, Jacob bendice al faraón, lo cual es también muy apropiado porque el faraón es su propio hijo y corregente Thutmosis IV.

En Génesis 46:3 (NVI), Thutmosis IV habla a su padre en un sentido profético, y en un sentido divino: " 'Yo soy Dios, el Dios de tu padre,' le dijo. 'No tengas temor de ir a Egipto, porque allí haré de ti una gran nación. Yo te acompañaré a Egipto, y yo mismo haré que vuelvas. Además, cuando mueras, será José quien te cierre los ojos.' " Cuando era joven, Thutmosis IV fue bendecido con una "visión" de su padre en la Esfinge. Thutmosis IV le devuelve ahora el favor. Como la "encarnación" del propio padre de Jacob, Thutmosis III, y cuyo nombre también comparte, le da tranquilidad a Amenhotep II. Jacob será llevado de vuelta a Tebas, y enterrado con Abraham, Isaac, y Lía en el Valle de los Reyes. Sin embargo, es José quien "cierra sus ojos." Esto es otra indicación de que Thutmosis IV murió antes que su padre Amenhotep II.

Gracias a José (Yuya) y a Judá (Thutmosis IV), a Amenhotep II se le atribuye la "consolidación de las tierras" de Egipto. El pueblo fue obligado no sólo a vender sus campos al faraón, sino también a vender sus almas. La Biblia realmente alardea de que el pueblo fue "reducido a la servidumbre."ad Sólo se habían salvado para ser esclavizados. Poco hizo que los patriarcas se dieran cuenta del precio que pagarían por esta rápida fortuna y el mando totalitario que habían adquirido tan inteligentemente. Toda la riqueza de Egipto y las de las regiones circundantes fue transferida a las arcas de la corona. Cuando terminó el mal trago, Egipto poseía una prodigiosa fuerza obrera y una perenne base de impuestos. Este tributo empezó a entrar a raudales a comienzos del reinado del rey niño Amenhotep III, y fue utilizado para financiar sus ubicuos palacios y sus inicuos placeres.

La Primogenitura Pasó a José

Si Thutmosis IV fue el corregente designado entre el año 9 y el año 12 de los veintiséis años del reinado de Amenhotep, entonces la muerte de Thutmosis habría ocurrido entre el año 18 y el año 21 de su padre. El nacimiento de Amenhotep III debió de haber coincidido muy de cerca con el fallecimiento de Thutmosis, porque Amenhotep III era sólo un niño de aproximadamente cinco años de edad en su sucesión. Sabemos que Yuya y Tuya fueron los padres de la heredera Tiye, la Esposa Real de Amenhotep III. Se discute el linaje de Amenhotep III. Génesis 49:10 (RV) dice: "No será quitado el cetro de Judá (Thutmosis IV), ni el legislador de entre sus pies, hasta que venga (reine) Siloh (Amenhotep III)." Esto parece indicar que Amenhotep rechazaba la idea de nombrar a Yuya como corregente tras la muerte de Thutmosis IV. En cambio, la decisión de Amenhotep II fue declarar que su nieto Amenhotep III sería su siguiente sucesor.

Los egiptólogos no están seguros de cuál de las varias princesas fue la Esposa Real Principal de Thutmosis IV y la heredera designada, sin embargo Mutemwiya es la opción más común. Mutemwiya se convirtió en la madre de Amenhotep III. Se creyó una vez que era de origen mitani. Si hubiera sido también la nieta de Sausatar, esto no habría sido excepcional. Rebeca (Hatshepsut-Meryetra/Beketra), Raquel (Merit-Amon), y Lía (Tia) también fueron traídas desde Aram Naharaim en las generaciones previas. La nieta de Sausatar habría sido la hija de su hijo Artatama. A su vez, Artatama era el primo de Thutmosis, y por lo tanto, todavía estaba muy estrechamente relacionado con él. Sin embargo, los egiptólogos creen ahora que Mutemwiya no fue la compañera mitani de Thutmosis IV.

1 Crónicas 5:2 (NVI) dice: "Y aunque es verdad que Judá fue más poderoso que sus hermanos, y hasta llegó a ser jefe de ellos, la primogenitura pasó a José." Las palabras finales de Jacob con respecto a José incluían "bendiciones de los pechos y del vientre."ae Parece que esto se extendía a Mutemwiya, y que José era el padre biológico de Amenhotep III. Yuya ostentó el título egipcio de "Padre del Dios." En otras palabras, el título de Putifar fue transferido desde Judá a José. Al igual que Abimelec (Thutmosis I), el hijo que engendró Yuya no era ningún faraón ordinario, sino EL faraón Amenhotep III. Amenhotep III, el cual fue conocido en la antigüedad como "El Rey de Reyes." Por consiguiente, el título de Putifar sería, en retrospectiva, más apropiado para el hombre que le había engendrado, y refleja la declaración bíblica de que José fue hecho "padre del Faraón."af Thutmosis IV fue considerado como el padre legal de Amenhotep III en virtud de su posición como faraón y esposo de la heredera. En el capítulo siguiente se demostrará que Thutmosis IV engendró de Asenat (Tuya) un hijo llamado Ay. Mientras este hijo, y futuro gobernante, fuera hijo natural de Thutmosis, sería considerado hijo legal de Yuya. Esta relación se analizará más en detalle en el siguiente capítulo.

La Prueba de Fuego

¡Ésta es una audaz teoría bíblica que será apoyada científicamente! El análisis del ADN demostrará que Thutmosis I es el padre de Thutmosis III. Yuya será identificado como el hijo de Amenhotep II y Merit-Amon, y como el hermanastro de Thutmosis IV. Yuya probablemente será identificado también como el padre de la momia etiquetada como la de Amenhotep III. Debería observarse que los expertos creen que esta momia no puede ser la de Amenhotep III, sino que realmente podría ser la de Akhenaton, o incluso Amenhotep II. Si las momias de los faraones de la XVIII Dinastía fueron mal etiquetadas en la antigüedad, entonces las identificaciones presentadas aquí junto con la prueba de ADN nos ayudarán re-identificarlas correctamente.

Los Huesos de la Discordia

Los patriarcas Abraham, Isaac, Jacob y José fueron todos ellos enterrados en el Valle de los Reyes, en Egipto. Sus identidades con la realeza egipcia de la XVIII Dinastía han sido demostradas. Con la posible excepción de Abraham, tenemos lo que permanece de sus "huesos." Sin embargo, se discutió en el Capítulo 8 que los huesos del José arquetípico (Yusef/Inyotef IV) pudieron muy bien ser enterrados en Siquem de Palestina, como registra el Libro de Josué. ¡Debería ser posible ahora dar carpetazo a este asunto!

El Éxodo

¡Cuatro generaciones después de Abraham es la época del segundo Moisés y de su Éxodo! El nacimiento del hijo de Yuya, Amenhotep IV (Akhenaton), marca la cuarta generación desde la época de Abraham. Desde el punto de vista bíblico, las cinco generaciones son Abraham-Leví-Coat-Amram-Moisés, o alternativamente, Abraham-Isaac-Jacob-José-Moisés. Desde el punto de vista de la historia egipcia, representan a Djehuty-Thutmosis III-Amenhotep II-Yuya-Akhenaton. Con Akhenaton estamos entrando en la locura que fue el Periodo de Amarna. Una prueba que vincula a Akhenaton con el Moisés bíblico se presenta en el siguiente ensayo.

Conclusiones 

Tomando prestado una cita del comentario de Thomas Thompson sobre la historia de Josué en The Bible in History, "Simplemente no podemos escapar de la disconformidad del vislumbre del autor que se ríe de nosotros." Sí, la broma también está en nosotros. Y sospecho que si los patriarcas conocieran nuestro sufrimiento, entonces, como José, también llorarían con nosotros. Los autores de las narraciones bíblicas originales consiguieron su propósito. Conservaron la historia familiar sumamente íntima y polémica para esos privilegiados de saber. Disimularon esta misma historia como cuentos de niños para aquellos que no fueron autorizados a comprender su significado más profundo. Sin embargo, ¡ni en sus imaginaciones más bárbaras pudieron saber que la lectura ingenua de estos relatos se convertiría en el fundamento de la  cultura occidental! Hemos sido terriblemente engañados, pero ¿cómo podemos sentirnos traicionados por los autores bíblicos? Nos hemos salido del buen camino por culpa de nuestro propio deseo de grandeza e inmortalidad. La Biblia en su forma final ha sido adoptada por todo tipo de personas con múltiples propósitos. Trágicamente, sin esas claves interpretativas que están ahora perdidas, la Biblia fue reducida al reino de la fantasía literaria y la teología cruel. Y aun así, ahora que se ha puesto académicamente aceptable pensar en la Biblia en tales términos,ag nos enteramos de que la Biblia es después de todo una fuente muy exacta de historia.

Quizás algo bueno ha venido de toda la tontería religiosa de los últimos siglos. Ha sido posible para la egiptología progresar algo, independientemente del fanatismo que ha absorbido el campo de la arqueología bíblica de Israel. La historia egipcia no se ha visto en su mayor parte como la historia bíblica. Hemos estado buscando a los patriarcas dentro del Antiguo Egipto, y no los hemos encontrado. Nadie sospechó que la línea bíblica de Adán gobernó Mesopotamia y Egipto desde tiempos inmemoriales. Y con certeza nadie podría incluso suponer que desde la XI Dinastía, el Israel bíblico ERA el Egipto histórico. Así, Egipto se ha salvado de ser pisoteado por turistas y aventureros que, por otra parte, habrían dado como resultado una gran destrucción de artículos e inscripciones. Además, ahora es posible realizar una síntesis mucho más objetiva del registro arqueológico y los relatos bíblicos.

Las verdaderas víctimas de los primeros pasos de la Biblia para conservar la historia han sido los mismos judíos. Sus antepasados, que cuidadosamente codificaron y guardaron celosamente las tradiciones familiares, no podrían imaginarse el sufrimiento que se levantaría cuando se perdiera la habilidad de interpretar su simbolismo. No importa qué pecados cometidos por la familia patriarcal se han extendido a sus descendientes, así como a los prosélitos gentiles, más allá de cien generaciones. Los judíos han llevado la carga de ser un "pueblo elegido," pero se les negó el conocimiento de quién fue el que los eligió y por qué. Y cuando los patriarcas finalmente vuelvan gracias a la arqueología, serán inadecuados para reclamar su lugar como antepasados o como modelos espirituales. Sus monumentales hazañas y sus rostros momificados han sido conocidos durante un siglo. Sin embargo, el remodelado bíblico fue tan dulce, y nuestra aceptación de él tan completo, que permanecían irreconocibles. Cualquier comparación con sus representaciones bíblicas se encontró repulsiva y fue reprimida de nuevo.


  1. Cornelius, The Secret Language of the Stars and Planets, p 57.
  2. Alan Gardiner, Egypt of the Pharaohs, p 175; Bull. Inst. F. xxvii. 159 ff.; L. Borchardt, Geschichte der Zeitmessung, Berlin, 1920 Pl. 18.
  3. Peter Clayton, Chronicle of the Pharaohs, p 112.
  4. Ralph Ellis, Jesus, Last of the Pharaohs, pp 105-108.
  5. Ibid.
  6. Temples, Tombs and Hieroglyphs, p 202.
  7. P. der Manuelian, Studies in the Reign of Amenophis II, 1987, pp 191-214, Hildesheimer Agyptologische Beitrage 26, Hildesheim: Gerstenberg.
  8. W. Decker, "Sportliche Elemente im altagyptischen Kronungsritual - Uberlegungen zur Sphinx-Stelle Amenophis II," 1977, Studien zur Altagyptischen Kultur 5:1-20.
  9. "Amenhotep II: El Atleta y el Soldado de la Paz," en Amenhotep III, Perspectives on His Reign, pp 32-39.
  10. Akhenaten King of Egypt, p 140. Paréntesis [] míos. Yuya (José) recibiría el título en la generación siguiente a Yey.
  11. Egypt of the Pharaohs, p 198.
  12. Jan Assmann, The Mind of Egypt, p 149.
  13. Génesis 32:28
  14. Osman, House of the Messiah, p 96.
  15. Véase también Jueces 8:8
  16. Génesis 35:11
  17. Génesis 28:12-13
  18. Z. Sitchin, When Time Began, p 87.
  19. S.N. Kramer, The Sumerians, p 67.
  20. Thomas Thompson, The Bible in History, 1999.
  21. D. Redford, "Egypt, Canaan, and Israel in Ancient Times."
  22. Alan Gardiner, Egypt of the Pharaohs, p 203.
  23. Traducido por B.M. Bryan, The Reign of Thutmosis IV, 1991, Johns Hopkins University Press.
  24. Apocalisis 5:5
  25. Gén. 37:3-8
  26. Génesis 45:7; 50:20
  27. Gén. 39:1
  28. 1 Crón. 8:30
  29. Gén 41:45
  30. Génesis 47:21 (RV)
  31. Génesis 49:25
  32. Génesis 45:8
  33. Popularizado por investigadores "minimalistas" tales como Phillip Davies y Thomas Thompson.
LIBRO ONLINE - El que Vive en la Verdad - Contenidos | Cuadros Parte I | Cuadros Parte II | Cuadros Parte III - Tutorials - 1 | 2 | 3 | 4 - Suplementos - 1 | 2 | 3 | 4 | 5
Capítulos - 1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9 | 10 | 11 | 12 | 13 | 14 | 15 | 16 | 17 | 18 | 19 | 20 | 21 | 22 | 23 | 24 | 25 | 26 | 27 | 28 | 29 | 30 | 31 | 32 | 33 | 34 | 35 | 36 | 37 | 38 | 39 | 40 | 41