Ensayos de Referencia
El Evangelio Según Egipto
Compendio de los libros de Ahmed Osman:
Extranjero en el Valle de los Reyes
Moisés, faraón de Egipto
La casa del Mesías

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Titulo Original: The Gospel According to Egypt
Autor: Charles N. Pope
Traducción: Óscar David Calle Mesa
© Charles Pope, 1998
© por la traducción, Óscar Calle, 2003

Desde Egipto, Las Raíces del Cristianismo al Descubierto


Titulo original: Out of Egypt, The Roots of Christianity Revealed

Autor: Ahmed Osman

Editor:
Random House UK
20 Vaxhall Bridge Road, Londres, Inglaterra SW1V 28A
Tel.: 840-8855; o de US: 011 44 171 840-8855
Fecha de Publicación: 3 de Septiembre de 1998

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20 Alfred Street, Milsons Point, Sydney, New South Wales 2061, Australia

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18 Poland Road, Glenfield, Auckland 10, Nueva Zelanda

Random House South Africa (Pty) Limited
Endulini, 5a Jubilee Road, Parktown 2193, Sudáfrica


Ahmed Osman nació en El Cairo en 1934. Estudió derecho en la Universidad de El Cairo y en los inicios de los años 1960 estuvo trabajando allí como periodista. A consecuencia de las continuas disputas fronterizas entre Egipto e Israel, decidió en 1964 dejar Egipto y marcharse a Londres para investigar las raíces históricas existentes detrás del conflicto político entre los dos países. Desde entonces ha estado investigando y escribiendo en un continuo intento de reconciliar las historias de la Biblia con la evidencia histórica descubierta por los arqueólogos en los últimos cien años. Sus libros anteriores: Extranjero en el Valle de los Reyes (1987); Moisés, faraón de Egipto (1990); y La casa del Mesías (1992).


Reseña del libro de Ahmed Osman Desde Egipto

por Charles N. Pope

Desde Egipto: Las Raíces del Cristianismo al Descubierto, de Ahmed Osman, presenta el examen más completo realizado hasta la fecha de la relación del Periodo de Amarna en Egipto con el nacimiento de Israel. Este libro también presenta una idea fresca de los sorprendentes precursores amárnicos del Cristianismo. Como consecuencia, al lector se le proporciona el cuadro más comprensivo, coherente y creíble hasta la fecha de los imprecisos orígenes del judaísmo y de las profecías mesiánicas del Antiguo Testamento. El formidable reto para los lectores occidentales estará en reunir la voluntad inicial para al menos enterarse de que los reyes de Amarna, incluidos Akhenaton y Tutankhamon (sí, los antiguos faraones de Egipto), pudieron haber tenido, incluso remotamente, algo que ver con el Judaísmo, y mucho más con el Cristianismo. A pesar de todo, si uno puede de algún modo hacer esto, entonces ¡el descubrimiento más asombroso en religión de este siglo entero está esperando a ser comprendido! Con ese potencial pago en mente, una caritativa tolerancia por parte del lector está más que justificada.

Una tesis (entre muchas) desarrollada en el nuevo libro del Sr. Osman es sorprendentemente honesta cuando se compara con las confusas teorías de los Manuscritos del Mar Muerto de hoy. El historiador judío del siglo I d. C., Josefo, identificó a los esenios como una de las cuatro principales sectas judías de ese período. El Sr. Osman demuestra que el nombre "esenio" debe ser traducido como "seguidor de Jesús (Essa)." Esta obvia traducción literal había sido pasada por alto, por suposiciones previamente incuestionables acerca de los noveles orígenes del Cristianismo en el primer siglo d. C. En el nuevo libro de Eerdman, Beyond the Essene Hypothesis [Más allá de la Hipótesis de los Esenios], Gabriele Boccaccini (p 47) da a entender que es una etimología convincente pues el nombre esenio no ha sido encontrado, pues se aplica a un gran grupo dentro de Palestina que también incluía a la comunidad de Qumrán. Osman además hace notar que los particulares "seguidores de Jesús" que fueron responsables de los Manuscritos del Mar Muerto habrían utilizado naturalmente el libro de Isaías (también traducido muy literalmente como "el libro de Esais/Jesús") como su principal fuente de inspiración, y que no menos de 18 copias de Isaías han sido encontradas entre los Manuscritos el Mar Muerto.

Si el homónimo de los esenios no fue el Jesús de Nazaret del primer siglo d. C., entonces ¿quién pudo ser? La primera y más significante persona del Antiguo testamento que recibió el nombre de Jesús fue Josué hijo de Nun, dirigente de la conquista israelita de Canaán. (Se reconoce que la traducción más exacta es Jesús, y que Josué se utilizó en traducciones modernas para evitar "confusiones." Véanse notas a pie de página en la Versión del Rey Jacobo en donde se encuentra "Josué.") El lugar lógico para buscar al Jesús de los esenios estaría por consiguiente en la persona de Josué, el hombre que Moisés designó claramente como su igual (Deuteronomio 18:15). Según Osman, no debería haber nada particularmente sorprendente en esta identificación, pues los pensadores cristianos desde los primeros Padres de la Iglesia (y especialmente Eusebio, que además nos informa de que Jesús/Josué NO fue su nombre original) en adelante siempre han considerado que Josué representaba un tipo "preexistente" o símbolo del Mesías que habría de venir.

Ahora, agárrense a donde puedan, aquí viene la parte verdaderamente asombrosa.

En la parte I de "Desde Egipto," Ahmed Osman revisa y establece firmemente la relación entre el Moisés bíblico y el histórico faraón de la XVIII Dinastía egipcia Akhenaton, la cual fue primero señalada por Sigmund Freud. (véase "Gigantes en la Tierra: Oposición a las Ideas de Ahmed Osman" en este sitio para un conocimiento adicional de la teoría de Freud sobre Moisés y sus críticas.) En la Biblia, se dice que Moisés es seguido por Jesús/Josué como dirigente de los israelitas. Se sabe que Akhenaton fue sucedido en el trono por Tutankhamon (después del efímero reinado de Smenkhara). Teniendo una base sólida para identificar a Moisés y a Akhenaton, por consiguiente se hace lógico y necesario considerar al menos una relación potencial entre Jesús/Josué, el protegido de Moisés, y Tutankhamon, el sucesor de Akhenaton.

El análisis del relato de Números Capítulo 25 les llevó a Sigmund Freud y Ernest Sellin (que antes había acuñado el término de "hilo escarlata") a concluir que un dirigente israelita había sido asesinado en el Monte Sinaí. Sellin y Freud sospechaban que había sido Moisés. Teniendo la ventaja de un armazón histórico más completo, Ahmed Osman presenta la prueba global y convincente de que la "muerte en el desierto" encubierta en el relato de la Biblia fue realmente no la de Moisés como sospechaban Freud y Sellin, sino que debía ser nada menos que la de Josué hijo de Nun (que significa "pez," y más tarde sería un símbolo del Cristianismo). Además, Osman concluye que este acontecimiento fue la fuente arquetípica del trágico asesinato de Jesús (el Maestro de Justicia de los esenios) a manos del "malvado sacerdote," y que este acontecimiento ocurrió (al menos en su forma original) al final de la XVIII Dinastía egipcia con el asesinato de Tutankhamon (Jesús/Josué) en una ferviente furia por parte de Pa-Nehesy (el Fineas bíblico), el celoso Sumo Sacerdote de Akhenaton (Moisés). En "Desde Egipto," Ahmed Osman no se apoya en técnicas de psicología, sino en descubrimientos arqueológicos establecidos, en documentos históricos aceptados, y en un análisis crítico objetivo de los textos bíblicos, estableciendo muchos argumentos persuasivos a ese extremo. Por ejemplo, el Talmud confirma que Fineas mató a Jesús. Ésta no es, con total seguridad, la extravagante investigación que podría parecer ser, sino la que debe ser emprendida con un predominio de demandas de material histórico. (Véanse en "El Evangelio Según Egipto" en este sitio Web unos cuantos argumentos discutidos en los anteriores trabajos de Osman.)

Por poner un nuevo ejemplo de "Desde Egipto," Osman indica que el apóstol Pablo escribió (en 1 Cor. 10:1-4 y Hebreos 4:2) que Jesús/Josué estaba después ya no físicamente con los israelitas en su partida con Moisés del Monte Sinaí, sino sólo simbólicamente como la "Roca" que sustentaba a Israel, una Roca que ha continuado suspendida como una amenazante nube sobre el pueblo judío desde esos desafortunados tiempos en adelante. Por consiguiente, el fantástico relato de la Conquista de Canaán por Josué fue usado probablemente para encubrir completamente el asesinato de Jesús como sugiere también Ahmed Osman. Si Fineas fue más tarde muerto como castigo de su acto, entonces esto explicaría el misterioso papel que Fineas juega en relatos bíblicos posteriores. Sin embargo, la opinión de Osman de que la misma Conquista fue una pura ficción puede ser refrendada mucho mejor, como por otro lado una amplia investigación puede establecerla como una adaptación de una tradición anterior sobre una invasión hebrea de Palestina que fue después atribuida convenientemente a Josué en la Biblia. (También pudo haber sido una reminiscencia de la campaña militar de Tutankhamon y Horemheb. Véanse notas sobre Josué en "Implicaciones de la Nueva Cronología en los Trabajos de Ahmed Osman" que se encuentra en este sitio Web.)

Volviendo a un argumento psicológico (esta vez como mi propia observación, y no como una prueba), el asesinato de una persona de la magnitud de Tutankhamon ciertamente habría llevado igualmente a tradiciones fuertes y duraderas, especialmente considerando que su prematura muerte (y muchos expertos principales son ahora de la opinión de que fue efectivamente asesinado) tuvo como resultado el colapso de la XVIII Dinastía egipcia, la cual fue indiscutiblemente la más refinada de Egipto. Como Osman sugiere, habrían permanecido entre los judíos aquellos que se negaron a permitir que un crimen de esta envergadura pasara al olvido, y en los tiempos de tribulaciones, tales como después de la caída de Jerusalén y la deportación a Babilona en el siglo VI a. C., habrían reafirmado que los problemas de Israel eran una consecuencia de este horrible acto, y de no haberse arrepentido de él. Algo semejante habría sido motivación suficiente para el conmovedor tema del libro de Isaías, el cual se cree que fue completado en el siglo VI a. C.

La erudición convencional de los Manuscritos del Mar Muerto sostiene que la secta de los esenios que ocultó los rollos se formó después del 200 a. C. con la muerte de una figura conocida como el "Maestro de Justicia" a manos del "malvado sacerdote" Las teorías alternativas de los Manuscritos del Mar Muerto (p. ej., las de Shiffman, Eisenman, y Thiering) postulan que estos acontecimientos guardan un paralelismo con las narraciones del siglo I d. C. reflejadas en los evangelios. A pesar de todo, otras teorías, como las ofrecidas por Phillip Davies, y los eruditos holandeses F. García Martínez y A.S van der Woude, postulan una formación exílica de la secta de los esenios en el siglo VI a. C. (véase Dead Sea Scrolls: The Complete Story [Los Manuscritos del Mar Muerto: La Historia Completa] de Jonathan Campbell). Ahmed Osman está más en conformidad con las teorías más recientes en las que postula eso.

Las creencias esenias eran ya antiguas hacia el siglo II a. C., y procedían del sufrimiento y la muerte sacrificatoria del Mesías registrada en el libro de Isaías en una fecha tan tardía como es el siglo VI a. C. Su teoría también parecía consistente con la larga lucha entre el judaísmo enocita y el judaísmo sadocita presentado en Beyond the Essene Hypothesis. La teoría de Osman es única en el desarrollo de la idea de que las descripciones en el libro de Isaías no fueron sólo profecías, sino proyecciones de un acontecimiento todavía más antiguo, esto es, la muerte de Tutankhamon/Josué/Jesús. "Desde Egipto" discute el material histórico antiguo (p. ej., Filón) y nuevo (p. ej., evangelios de Nag Hammadi) relacionados con los esenios, los gnósticos, y las sectas terapéuticas que estuvieron activas en Palestina, en el Sinaí, y en Egipto, así como también en otras muchas partes del mundo romano, antes y después de los tiempos de Cristo. Este tratamiento es utilizado para reforzar la conclusión de que los esenios de Qumrán fueron parte de una secta judía mayor que sostuvo a Josué en igual veneración que Moisés bien antes del establecimiento de la Era cristiana.

Se ha dicho (por W. Wilson) que "la originalidad consiste precisamente en una mirada fresca." En la búsqueda de nuevas ideas en los orígenes judeocristianos, Ahmed Osman ha tenido éxito donde los otros han fallado, por virtud de su perspectiva única como egipcio nativo, y sin dejar piedra sin volver en su persecución de la visión histórica. En la tradición cosmopolita de la erudición alejandrina, el autor utiliza fuentes materiales de gran alcance, incluyendo los recientes descubrimientos arqueológicos en Egipto (monumentos, tumbas, textos, etc.); los escritos de historiadores egipcios, judíos, y cristianos de las eras griega y romana (Filón, Suetonio, Tácito, Josefo, Estrabón, Eusebio, Orígenes, Ireneo, y otros); la Biblia y textos rabínicos, el Corán y documentos árabes, los Manuscritos el Mar Muerto, los escritos cristianos-gnósticos encontrados en Nag Hammadi, y los trabajos de investigadores de la era moderna (P.L. Couchoud, Adolf von Harnack, Edward Zeller, A.T. Hanson, Adolf von Harnack, etc.).

Las Partes I y II de "Desde Egipto" proporcionan una nueva organización y actualización de la investigación presentada en los tres libros anteriores del autor. Esto es de gran ayuda, pues las identificaciones históricas de los trabajos anteriores fueron presentadas en el orden en el las realizó Osman en vez de como una teoría unificada de los orígenes judeocristianos. El modesto estilo del autor y las ázimas narraciones de la Parte I del libro pueden ser rápidamente consideradas como irrelevantes o poco científicas por parte de lectores impacientes o hipercríticos. Será especialmente difícil para ellos, pocos familiarizados con el enorme significado de la XVIII Dinastía egipcia, percibir la potencial importancia de esta investigación, y es triste que la mayoría de las personas de hoy no tengan ni incluso una vaga comprensión de este período histórico. (El artículo, "El Evangelio Según Egipto" en este sitio es un compendio precedente de los trabajos anteriores de Osman, y proporcionará al lector un conocimiento y una síntesis independiente de este material.) Además, debido a las arraigadas presuposiciones que cada uno hemos adquirido en la cultura occidental, se hace necesario que aficionados y expertos consideren del mismo modo todas las identificaciones del Sr. Osman muy cuidadosamente antes de que el poderoso chorro de inspiración mane de esta roca de erudición. No está sólo la fuerza de las identificaciones individuales, sino también el gran número de relaciones histórico-bíblicas realizadas por Osman, lo cual indica que se ha logrado un avance de enorme magnitud.

La Parte III de "Desde Egipto" presenta material completamente nuevo. En esta sección, el Sr. Osman trata de demostrar que la misma conclusión a la que llegó en las Partes I y II referente a la identidad original de Jesús (marchando desde los registros arqueológicos egipcios del patriarca José y la Estancia Israelita en adelante) también puede hacerse marchando desde el comienzo de la Era cristiana hacia atrás.

Por ejemplo, Ahmed Osman señala que la simple fórmula de salvación mediante el bautismo de agua y la fe en el dios resucitado Osiris ya existía en el culto popular de Serapis durante los siglos que precedieron inmediatamente a la Era cristiana. Osman procede a decir que después de la conquista de Egipto por Alejandro Magno, la súplica de inmortalidad a través de esta simple fe se convirtió en dominante en Egipto, fue activamente exportada a partir de Ptolomeo I Soter, y adoptada fácilmente por todo el mundo griego. El culto de Serapis fue todavía muy prevaleciente durante la época romana en los siglos I a. C. y I d. C., pero comenzó a perder el favor oficial en Roma justo a partir de la muerte de Marco Antonio y Cleopatra. Osman afirma además que fue un lógico refinamiento por parte del apóstol Pablo sustituir la fe en el resucitado Osiris en el culto de Serapis por la fe en un resucitado Jesucristo. Además, Osman muestra que en el Egipto de finales del siglo I d. C., el Cristianismo y Serapis fueron considerados casi equivalentes en escritos contemporáneos.

En su epístola a los Gálatas (1:11-24), Pablo hace un corto relato autobiográfico de su místico encuentro con Cristo en el camino de Damasco y los tres años completos en Arabia (de la cual afirma Osman que en aquellos tiempos habría incluido el Sinaí) que inmediatamente siguieron. Osman proporciona pruebas de que habría sido adiestrado en el desierto por terapeutas, cristianos gnósticos, y/o esenios en el "misterio de Cristo," ese ser que todavía era conocido de la identificación del Jesús/Josué original con el ungido, el legítimo Rey de los Judíos en Egipto, Tutankhamon. Osman ve la conexión entre Tutankhamon y Osiris como una creencia faraónica convencional (aunque rechazada por su antecesor Akhenaton), y es demostrada gráficamente por un mural en la tumba de Tut. Este mural es reproducido y comentado en el libro.

Ahmed Osman afirma que la reaparición de Jesús a sus "discípulos" en el siglo I d. C. fue sólo una manifestación "espiritual" o simbólica. Si es correcta la identificación de Jesús/Josué, el sucesor de Moisés, como el Mesías arquetípico, entonces ésta es una explicación razonable. Sin embargo, el hecho de que un pretendiente a la línea davídica en el siglo I d. C. (y muy probablemente habría habido al menos uno) pudiera haber tratado de fortalecer su derecho a gobernar basándose en la asociación con antiguas tradiciones mesiánicas, tampoco puede ser categóricamente excluido. El pasaje de Números 25 en el que la víctima sacrificatoria es herida con una lanza podría parecer contradecir el relato evangélico de la muerte por colgamiento/crucifixión. Sin embargo, la transfixión de Jesús en la cruz fue también deliberadamente integrada en el relato evangélico. En cualquier caso, una redramatización física de la muerte del Mesías no habría sido necesariamente esperada o incluso transmitida por los esenios en general a menos que fuese claramente entendida como una deliberada y simbólica repromulgación. Esa Roca que proporcionaba vida y sustentadora de agua para Israel en el Sinaí debía de ser golpeada sólo una vez, y se escribió que Moisés fue excluido de la tierra prometida por golpearla otra vez. En la teoría de Osman, Moisés finalmente murió dejando en herencia sólo la "Ley," que justamente requirió juicio y muerte, sin embargo Jesús/Josué había sido asesinado y se creyó que seguiría viviendo como el Cristo resucitado que perdona y trae la vida eterna. De la identificación de Osman de la historia evangélica de Jesús en el Monte de la Transfiguración con la anterior Convocación del Monte Sinaí, está claro que habría un perdón en el Cristianismo incluso para el mismo Fineas. Por consiguiente, en el evangelio de Pablo (como claramente se anuncia en el libro de los Hebreos), Jesús/Josué no fue meramente el igual de Moisés, sino el más grande.

En "Desde Egipto," Osman demuestra eficazmente la naturaleza artificial e improbable de muchos relatos del evangelio, sin embargo la existencia física de un pretendiente del siglo I d. C. a la línea de David todavía parece plausible, incluso si las historias del evangelio que se le atribuyeron sirvieron sólo para favorecer sus pretensiones mesiánicas y políticas. La investigación de Osman es alabada (y referenciada nueve veces) en los capítulos que abren el libro "Bloodline of the Holy Grail" ["El Linaje del Santo Grial"]" de Laurence Gardner. (Para un resumen de "El Linaje," váyase a la Página principal de Nexus Journal en: http://peg.apc.org/~nexus y ver bajo "Artículos Seleccionados") Aunque Laurence Gardner no revela todas sus extremadamente selectas y arcanas fuentes, y tiene motivos curiosos (aún así, yo le doy crédito por desvelarlos en el Capítulo 20), sus suposiciones todavía merecen consideración. Por ejemplo, el Jesús de los evangelios habría estado operando en el auténtico espíritu "Grial" de Tutankhamon (verdaderamente un hijo de Nun, esto es, nacido de la adversidad y el "caos") congregando a una coalición de las principales facciones judías (en la forma de los "12 discípulos") con el propósito de "restaurar" a Israel en medio de la "plaga" de una dominación romana progresivamente opresiva. Se requirieron medidas desesperadas en esos desesperados tiempos como si fuesen los de Tutankhamon, y la legitimidad o exclusividad de un gobierno de Jesús en el siglo I d. C. pudo haber sido cuestionada como fue el caso de Tutankhamon y su antecesor Akhenaton.

Utilizando la considerable influencia política de una o más sectas religiosas principales y de una familia noble establecida para aumentar la ventaja, se pudo escenificar una atrevida repromulgación del colgamiento de Tutankhamon, difiriendo sólo en que este Jesús no moriría físicamente, sino que en lugar de eso sería rescatado, resucitado, y reaparecido al tercer día en la clásica forma mesiánica para "los testigos" que también pudieron asumir los nombres en la forma de la tradición anterior. Al hacer eso, este pretendiente davídico no tendría únicamente confirmado su mérito como descendiente de los reyes judíos, sino también establecido su derecho para reinar en el orden Divino de la línea davídica (thutmósida) de los faraones egipcios que acabó con Tutankhamon. Incluso si este plan fuera "ejecutado" con éxito, Jesús no habría podido todavía regresar a la vida pública después de su "resurrección" por miedo a exponer a los romanos la artimaña y arriesgarse a una muerte segura la segunda vez. Su paradero tendría que haberse mantenido en secreto hasta que el "tiempo fuese el correcto." Por desgracia, el fracaso de la revuelta judía y la definitiva muerte literal del pretendiente davídico del siglo I d. C. habría acabado con cualquier esperanza inmediata de su "regreso" a la sociedad como rey soberano. Esto también explicaría por qué el tono del Nuevo Testamento se apartó de la ferviente e inmediata expectación del regreso de Jesús para adoptar una renuncia a "ocuparlo" hasta el fin de los tiempos. Osman demuestra claramente que aunque los evangelios de Pablo y de Pedro difieren sustancialmente, ambos provenían de una tradición mesiánica anterior y más grande, y tampoco dependían de la inmediata restauración del reino Davídico.

Desde Egipto comienza con una apasionada súplica para la curación y la restauración del pueblo de Egipto como resultado de una nueva apreciación del legado del Antiguo Egipto en la Civilización Occidental. La diversidad de fe cristiana en el siglo I d. C. fue inexorablemente reemplazada por una monocultura doctrinal resultante primero del celo de Pablo, y más tarde de la abierta persecución de los obispos de Roma. El éxito de la Iglesia Católica Romana en erradicar la conexión espiritual e histórica de Egipto con su pasado ha hecho que la tarea del Sr. Osman sea con mayor razón formidable, aunque no quite que ideas adicionales sean ofrecidas en un futuro trabajo. El profundo respeto del Sr. Osman hacia la fe judía, cristiana, e islámica se hace evidente en todos sus escritos. El mismo Desde Egipto está dedicado a "la iglesia copta de Alejandría." A pesar de la virtuosa naturaleza de su investigación, el sentido de la modestia del Sr. Osman no le ha permitido hacer alarde de sus descubrimientos o exigir el fin de la fe como nosotros ahora sabemos. Espero con Ahmed Osman que las sorprendentes ideas que él y otros están haciendo ganar terreno en la antigüedad no disminuirán la verdadera fe y el bien que producen. Espero que este conocimiento ayudará a poner fin a la intolerancia religiosa (ya sea cristiana, judía, o musulmana) y al miedo y sufrimiento que produce.

Con Akhenaton (Moisés) y Tutankhamon (Josué) tenemos el conflicto eterno de totalitarismo vs. liberalismo, legalismo vs. compromiso, pureza de religión vs. tolerancia, fe vs. obras, amor vs. miedo, unidad vs. diversidad, etc., etc., que fue más tarde reconciliado (o al menos intentado) en el "dualismo" cristiano como el cumplimiento de "la Ley" de Moisés a través de "la Gracia y la Verdad" de Jesús. En "Desde Egipto," tenemos un nuevo potencial para ser puesto al alcance de los millones de personas que son por muchos medios obligadas a creer en que sólo pueden recibir el regalo de la vida eterna (y también salvarse de la condenación) a través del arrepentimiento y la fe en el Mesías (primero de los israelitas y más tarde del mundo). La crueldad y la insensatez de la muerte del Salvador quizá sólo hayan sido superadas por el peligroso encubrimiento de su vida real, su muerte, y su "resurrección" y su significado puro original. "Desde Egipto" presenta pruebas convincentes de que la figura bíblica de Josué no fue meramente un símbolo "preexistente" o el tipo del Cristo que habría de venir más tarde, sino ¡la fuente originaria de la misma Esperanza Mesiánica! El Sr. Osman junta los principales pedazos de este impresionante, nuevo y gran cuadro de los orígenes judeocristianos, y ofrece la oportunidad de recalificar su valor en el mundo de hoy. El gran adelanto trascendental, el cual retrospectivamente es bastante honesto y lógico, se ha logrado sólo después de décadas de paciente investigación en la verdadera tradición cosmopolita de la erudición alejandrina. Este autor ha triunfado, no sólo mediante su total persistencia, sino como resultado de su original punto de vista como hijo nativo de Egipto y libre de los insidiosos prejuicios que invariablemente infectan este tipo particular de esfuerzo. Este libro proporcionará a los científicos, a los teólogos, y a los pensadores serios de todo tipo la inspiración que necesitan para nuevas investigaciones, meditaciones, y eruditos debates durante muchos años venideros.

La lógica identificación de Jesús como la principal figura del Antiguo Testamento conocida por ese mismo nombre, y además su asociación con un rey histórico de breve duración, pero ahora famoso, de la XVIII Dinastía egipcia, tan "presagiada" por Thomas Henry Huxley, con toda seguridad implicará el rechazo absoluto de todo lo que tiene un interés creado en el estado actual de la arqueología occidental, la historia, y la religión. Sin embargo, aquellos que prefieren no confiar completamente en temas de importancia histórica y de fe por una predisposición establecida, querrán estudiar seriamente "Desde Egipto." La historia es escrita por los "ganadores" (militares, políticos, o ideológicos), y la Biblia no es una excepción. No obstante, los relatos "históricos" a menudo contienen concesiones para los "perdedores," especialmente cuando todavía representan una significante voz de conciencia. Es de estas concesiones por las que puede reconstruirse más tarde un cuadro más exacto de la historia, y el Sr. Osman ha realizado un trabajo detectivesco genial en relación a la trágica muerte de Jesús.

La lengua materna del Sr. Osman es el árabe, y parece producir unos escritos eruditos en inglés con un considerable esfuerzo, o sólo después de la traducción. A pesar de esto, Desde Egipto está escrito con lógica y elocuencia. Aunque no merezca un Pulitzer, en un descubrimiento de tal magnitud no tiene ninguna importancia su expresión, y por su potencial beneficio para las relaciones humanas, está bien que valga el Nobel. Quizá, es justicia poética que como la llamada era de Pisces se acerca ahora a su final, debería ser aprendido un significado más profundo de su más dominante filosofía y personalidad.


"Gigantes en la Tierra"

(Oposición a las Ideas de Ahmed Osman)

Una teoría revisionista histórico/religiosa no encontrará mayor resistencia que la que uno está a punto de considerar. Es fácilmente la mejor respaldada y documentada teoría de Estancia/Éxodo israelita, sin embargo es también la más amenazadora para lo establecido en todas sus variadas formas. Se proporciona debajo una corta lista.

1. Egiptología/Arqueología

Kenneth Kitchen, profesor de egiptología de la Universidad de Liverpool y reconocido experto en la XIX Dinastía egipcia, fue citado por el Washington Post el 30 de mayo de 1992 al decir. "Es [la teoría de Osman] una absoluta tontería y no hay nada más que añadir." (Véase http://www.erols.com/strange1/mondorelig.html)

En las "Conclusiones" de Exodus: The Egyptian Evidence [Éxodo: La Evidencia egipcia], William Ward escribe, "no hay contexto arqueológico en el que pueda situarse el Éxodo," y "Egipto permanece desinteresado y silencioso al respecto, como siempre." Esta declaración desmiente la aversión de egiptólogos seculares de mezclar la Biblia con la arqueología. Y así, el Sr. Ward y otros renombrados colaboradores del libro de Eisenbrauns (1997) Exodus [Éxodo] (Donald Redford, Abraham Malamat, Frank Yurco, William Dever, Ernest Frerichs, y James Weinstein) no consideran que exista una base legítima para cualquier teoría del Éxodo, mucho menos para una teoría polémica. Los "arqueólogos bíblicos" están, en directo contraste, obsesionados en probar la verdad infalible de los relatos de la Biblia. Por esta razón, un completo "extranjero" ha llevado a mostrar precisamente cómo el Mundo Occidental completamente ciego se ha convertido en una montaña de pruebas que truena ruidosamente, pero que no se oye.

Aunque parezca mentira, la conclusión de que Egipto está "desinteresado y silencioso" viene de la cooperación de cinco norteamericanos (incluyendo al renombrado arqueólogo del periodo de Amarna Donald Redford), y un erudito israelí. En contra de tantos oídos extranjeros y sordos, el principal experto egipcio nativo del Éxodo, Ahmed Osman, y sus cuatro libros sobre el tema continúan hablando alto y claro. El Sr. Osman fue invitado a hablar en la celebración de su país del 75 aniversario del descubrimiento de la Tumba de Tutankhamon, lo cual me dice que Egipto está bastante interesado (personal así como metafóricamente) en el Éxodo. Espero que después de reconocer la investigación de Ahmed Osman, se den cuenta de que (y compartiré su suplicio y su alegría cuando lo hagan) el arrogante Kitchen y las "exclusiones" del "Éxodo" son ejemplos del chauvinismo angloamericano y judeocristiano en expansión.

(¡Quizá sean los no egipcios los verdaderos extranjeros!)

2. Psicología

En el libro "High Places in CyberSpace" ["Lugares Altos en el Ciberespacio"] de Patrick Durusau (2ª Edición, Scholars Press), hay una entrada para la página principal del website de Geoffrey Graham, "El Gran Himno de Atón de la Tumba de Ay en Amarna." La descripción del sitio dice, "Las anteriores traducciones e interpretaciones de los textos de este periodo fueron en parte responsables del "Moisés y el Monoteísmo" de Sigmund Freud (publicado en 1939) y trabajos similares que han sido ahora desprestigiados." La teoría de Freud y otras similares acerca de Moisés y Akhenaton (y supongo que Durusau incluiría a la de Osman), NO han sido desmentidas, sino meramente ridiculizadas hasta el punto de que la mayoría de los eruditos de lo establecido ya no pueden arriesgar cualquier relación con ellas.

No obstante, tres libros importantes en la pasada década, y dos más dentro del año pasado, han restaurado la respetabilidad a la publicación final de Freud. Estos libros son:

Moses the Egyptian: The Memory of Egypt in Western Monotheism [Moisés el Egipcio: La Memoria de Egipto en el Monoteismo Occidental] de Jan Assmann

(Harvard University Press, http://www.hup.harvard.edu/S97Books/S97Catalog/moses.egyptian.html)

Archive Fever [La Fiebre del Registro] de Jacques Derrida

Freud's Moses: Judaism Terminable and Interminable [El Moisés de Freud: El Judaísmo Terminable e Interminable] de Yosef Hayim Jerushalmi

Estos tres libros son discutidos en el reciente tratado, Freud and the Legacy of Moses [Freud y el Legado de Moisés] de Richard Bernstein (1998, Cambridge University Press). Un libro más popular, Moses: A Life [Moisés: Una Vida] de Jonathan Kirsch (1998, Random House/Ballantine) también vuelve a visitar breve y favorablemente las ideas de Freud. Bernstein escribe en su prólogo, "El hecho de que tres de tales eminentes pensadores de disciplinas diferentes y con cultura histórica se hayan basado en Moisés y la Religión Monoteísta es en sí un fuerte testimonio para la autoridad del último libro de Freud." Mediante la restauración de la respetabilidad a la investigación de Freud, todos estos autores paran repentinamente de transmitir sus reclamaciones históricas.

Por otra parte, la investigación de Osman proporciona una completa vindicación de la investigación de Freud. No es que Freud estuviera completamente en lo cierto en sus identificaciones, pero estuvo de verdad muy cerca. Osman nos acerca al fuego en esta danza colectiva y "tamboreo alrededor de la Zarza Ardiente." Freud, como él mismo admitió, estuvo persiguiendo conscientemente lo que él, con pasión, creía ser no sólo un significado psicológico, sino la "verdad histórica" referente al origen del judaísmo. Sin embargo, antes de Osman, el nivel de comodidad de los eruditos acabó con la sugerencia (como Freud y los otros han hecho) de que Moisés pudo haber estado relacionado con la corte de Akhenaton. Sin embargo, en la fuerza de otras varias y destacadas asociaciones amárnicas-bíblicas, Osman continuó audazmente con la posibilidad de que la historia de Moisés estuviera basada principalmente en el mismo faraón Akhenaton. No necesita que un psicólogo reconozca que los eruditos han estado conscientemente basándose en Akhenaton, no obstante están todavía en la inconsciente negación de que una figura de su magnitud e importancia histórica pudiera estar relacionada directamente con el relato bíblico de Moisés. (Por ponerlo en términos líricos, "The closer your destination, the more you're slip sliding away" ["El más cercano a tu destino, el mayor desliz que te llevará lejos"] - Simon & Garfunkle)

Otros psicólogos también han explorado el concepto freudiano fundamental de Moisés. Lo tomó de nuevo el polémico Immanuel Velikovsky (un protegido de Carl Jung, una vez favorito de Freud), e incluso más recientemente el psicoanalista, William Theaux (véase http://www.dnafoundation.com). El Dr. Theaux alaba a Osman por su desarrollo de la asociación inicial de Freud. Desgraciadamente rechaza la subsiguiente teoría de Osman acerca de Tutankhamon y el Josué bíblico. El Dr. Theaux entrevistó personalmente a Ahmed Osman, y describe en su sitio Web el psicoanálisis resultante de cómo y por qué el Sr. Osman ¡se desvió del buen camino después de su triunfante trabajo en Moisés! Mi "psicoanálisis" del Dr. Theaux es que él inconscientemente quedó "obsesionado" con la poderosa relación Moisés-Akhenaton-Edipo, y ésta es la razón que está detrás de su actual incapacidad para progresar en la siguiente y lógica "etapa de desarrollo," esto es, el trabajo de Osman sobre la naturaleza mesiánica de Tutankhamon.

Mientras el apoyo de personas notorias (y excéntricas) en el campo de la psicología ha conservado un seguimiento de la identificación de Freud, también ha aumentado el peligro para los profesionales de otros campos que podrían desear considerarlo. Apoyar completamente el vínculo entre el bíblico Moisés y el faraón de la XVIII Dinastía egipcia Akhenaton continúa siendo equivale a un suicidio profesional. En una presentación impresa en AAR/SBL ‘98, James Hoffmeier, egiptólogo y profesor en el conservador Wheaton College declaró que el único parecido entre el Salmo 104 y el Gran Himno a Atón se debe meramente al estilizado "inglés del rey Jacobo" en el cual fueron traducidos popularmente los dos. Aun así, incluso si no pudiera demostrarse una relación directa entre los dos, "sería necesario para nosotros inventarla" como resultado de otras muchas asociaciones entre la XVIII Dinastía egipcia (y el Periodo de Amarna en particular) y la Biblia.

Peter Feinman, del Instituto Americano de Religión Oriental (American School of Oriental Religion, ASOR) ha desarrollado la teoría de que Mehy, un visir de Seti I, pudo haber sido Moisés. Mientras esta teoría sea creíble, elocuentemente expuesta, y no ofenda a las sensibilidades ni de egiptólogos ni de arqueólogos bíblicos, la escasez de detalles objetivos indica que es todavía otro fugaz espejismo en el horizonte del Sinaí.

Para resumir las primeras dos secciones de este ensayo:

"Siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de los Tuth (Thutmósidas)"

(* Nota del Traductor: Juego de palabras intraducible con el inglés "the Truth", la Verdad, y "the Tuth", los Thutmósidas)

- 2 Timoteo 3:7, "Nueva traducción egipcia, un comentario"

Esto es un poco de humor, sin embargo la supresión de la verdad (Romanos 1:18,25) no es cosa de risa.

3. Religión

Las organizaciones religiosas tienen a la mayoría temerosa de los descubrimientos arqueológicos que indican que la Biblia fue menos que franca en su retrato de las vidas de los patriarcas en Egipto. Como antiguo "creyente evangélico" y "literalita bíblico," debo reconocer el tremendo coraje del Sr. Osman en seguir con tenacidad su investigación hasta su lógica conclusión presentada en La casa del Mesías. Uno puede escoger entre ignorar o rechazar sus vistas (y ciertamente no estar de acuerdo en todos su puntos), sin embargo la evidencia en la cual se fundamentan sus conclusiones es válida y ahora disponible para todos.

Si la teoría de Osman hubiera sido propuesta por un profesor de una escuela de teología liberal, entonces él o ella habrían sido aclamados como el amanecer de un nuevo gran talento, sin embargo ha sido en cambio evidenciada por un egipcio nativo, y nuestro chauvinismo judeocristiano no le permite fácilmente a un musulmán concederle tal credibilidad, incluso en círculos eruditos liberales. A pesar de eso, ¿dónde está el foro para que un intelectual egipcio presente su investigación sobre sucesos tan acaecidos dentro de las fronteras de su país, ¡y que es de igual importancia para su propia gente!? Debería advertirse que Osman fue asistido en su libro más reciente por Helmut Koester, el renombrado profesor de Historia del Cristianismo Antiguo de la Universidad de Harvard, y una cita de Koester honra la contraportada del libro.

En la exhibición de 1998 de la Conferencia de la Academia Americana de la Religión/Sociedad de la Literatura Bíblica (American Academy of Religion/Society of Biblical Literature o AAR/SBL), un editor de religión de una importante casa editorial estudió la cubierta del nuevo libro de Ahmed Osman, hojeó sus páginas, y comentó, "Es esto ficción histórica?" No, claro que no, y como es el caso, tan frecuente y proverbial, "la realidad supera a la ficción" Un crítico de Museo Público de Milwaukee dijo de los primeros dos libros de Osman (Extranjero en el Valle de los Reyes y Moisés, faraón de Egipto), "Dos libros imaginativos pero fascinantes que conectan de forma intrigante el monoteísmo hebreo con el faraón hereje Akhenaton" (Véase http://mpm.edu/collect/Israel.html).

El título del cuarto libro del Sr. Osman, Desde Egipto: Las Raíces del Cristianismo al Descubierto, publicado en Inglaterra en septiembre de 1998, quizá sea desafortunado. Espero que cuando sea publicado en Norteamérica, recibirá un título que logre una aceptación más erudita así como también más popular. Creo que algo como "Los Reyes de Amarna y el Surgimiento de Israel" sería más adecuado para el tema del libro y su relevancia.

La genialidad de la teoría de Osman deriva de un pensamiento "fuera de lugar", pero ésta es otra razón (aparte de su polémica naturaleza) por la que muchos no pueden comenzar a percibirla. Superficialmente, las ideas de Osman parecen tan poco ortodoxas que los expertos y los aficionados igualmente tendrían una tendencia a descartarlas "en seguida." ¡Ahmed Osman está tan adelantado en su clase que incluso la facultad cree que tiene un problema! En realidad, Osman ha resuelto un problema de enorme importancia. El reto que queda es la firme negativa de los medios tradicionales, así como también de los profesionales de la egiptología y la religión, por reconocer incluso la existencia de sus ideas, y por consiguiente abrir el camino para que muchos buscadores genuinos reciban la oportunidad de que al menos las consideren. Tal impedimento es la motivación que está detrás de este sitio de Internet.

No es que santos sinceros lo acepten inmediatamente. La teoría de Osman contradice lo que nos han enseñado a todos sobre la Biblia, pero confirma lo que instintivamente sabemos - que la Biblia es un libro escrito por hombres con motivaciones comunes (buenas y malas), y a pesar de esto, hay todavía una necesidad y un lugar para la fe. Las personas temerosas de Dios, que aman a sus semejantes, indudablemente considerarán que es su deber aplastar la "herejía" de Osman. Esta gente será la más sincera, sin embargo es tristemente cierto que a menudo hemos sido sinceramente (así como deliberadamente) engañados. Como cristiano de toda la vida puedo sentir una profunda empatía con aquellos que se darán cuenta de que muchos sus esfuerzos pueden haber sido en vano.

En poco tiempo veremos qué organizaciones y qué personas quieren servir de verdad a la humanidad, y cuáles están en su mayor parte al borde de la avaricia, la gloria, el control, el poder, y el prejuicio. No será lo establecido lo que primero abrace los descubrimientos del Sr. Osman. Como en la mayoría de las revoluciones, dará comienzo con el desprecio, la desolación, el desencantamiento, el descorazonamiento, y la desestabilización. La oposición cambiará de lo que es actualmente negligencia inocente y ridícula, a la censura, al menosprecio corrosivo, y posiblemente incluso a las acciones abiertas de odio. Sin embargo, una vez que el cambio de conciencia haya sido popularizado por personas insignificantes e ignoradas, entonces vendrá la adopción al por mayor por parte de personas superficiales.

4. Cultura popular

El nuevo largometraje de dibujos animados de Steven Spielberg, El Príncipe de Egipto, (estrenado el 18 de diciembre de 1998 en todo el mundo) fue sin duda bien aceptado (como fueron Los Diez Mandamientos y otras películas anteriores), sin embargo tales tratamientos sólo sirven para fomentar nuestros errores profundamente arraigados acerca del Antiguo Egipto y su relación con Israel. Estamos muy cómodos con la tradición familiar, y frustrados con nuestra incapacidad para obtener alguna comprensión real. Por citar una frase de El Príncipe de Egipto, ahora exhibida en los cines, un joven Moisés animado dice en la exasperación, "Toda mi vida es una mentira." ¡Nunca se han dicho palabras más auténticas!

5. Gobierno y Medios

La mayoría de la sociedades dependen realmente de la ignorancia extendida. Si el populacho se diera cuenta de su propia manipulación, entonces también habría un amplio descontento. El Gobierno y los Medios no están en el negocio de distribuir información no filtrada a la sociedad. Asumen colectivamente el papel de padres sobreprotectores en la guisa de su presunta responsabilidad de proteger al público de ellos mismos. Sin embargo, una vez que un gobierno o la prensa asume esta misión, no hay un final lógico para ella. No debe permitirse que ideas potencialmente "peligrosas" sean expuestas prolongadamente. Y si reciben publicidad, entonces deben ser "comercializados" argumentos en dirección contraria.

Sin embargo, los círculos eruditos deberían ser "parlamentarios" por naturaleza, y los 30 años de investigación original del Sr. Osman, y los cuatro libros sobre el tema son más merecedores de una voz. Es justo y apropiado que un egipcio nativo debiera recibir un foro para ocuparse de un asunto que es de igual importancia para sus compatriotas. Cualquier deficiencia en sus habilidades inglesas está más que compensada por su facilidad con las fuentes semíticas y egipcias. He puesto empeño en ayudar al Sr. Osman a hacer que sus dignas ideas sean más accesibles, y a demostrar que son compatibles con todas las fuentes antiguas disponibles. Mi esperanza es que los líderes de influyentes organizaciones se esforzarán conmigo en colocar a un lado cualquier chauvinismo angloamericano o judeocristiano, y guardarán respeto por la nueva y poderosa idea al igual que por su erudita presentación.

Conclusiones

Los autores/editores del registro del antiguo Israel en la Biblia se basaron en un número de tradiciones dispares datadas al menos desde los tiempos de la XII Dinastía egipcia en adelante. El relato compuesto resultante lo hace para nosotros muy frustrante de analizar hoy. Sin embargo, este esfuerzo puede (y está) siendo facilitado por mentes disciplinadas de la religión, la arqueología, y muchos otros campos. Es necesario un acercamiento multidisciplinar para integrar mejor la investigación más original de las preferencias de Ahmed Osman y David Rohl con las valiosas contribuciones de los estudiosos y científicos de la "vieja escuela."

El nuevo milenio puede traer una nueva apertura. No obstante, puede llevar cien años antes de que el mundo esté listo para aceptar el dolor de la verdad histórica sobre la falsa comodidad de un continuado encubrimiento. Han pasado cerca de 100 años desde el descubrimiento de la ciudad de Akhenaton en Tell el-Amarna, y cerca de 75 años desde el descubrimiento de la tumba de Tutankhamon, ¡pero el mundo todavía no sabe quienes fueron realmente estas personas! A pesar de la oposición social, Internet se ha convertido en el "Gran Ecualizador" de hoy. Osman y los otros pueden cansarse de la lucha, pero el ordenador es tan paciente como el mismo tiempo. ¡El problema real del Y2K (Año 2000) no es el tiempo en un ordenador, sino el conocimiento que es fácilmente accesible para cualquiera con un ordenador!

"Es ahora como lo fue en los días de" Moisés. En esos días, la mayoría de los egipcios e israelitas habría encontrado conveniente suprimir su mutuo dolor y su vergüenza sobre los catastróficos sucesos ocurridos durante el periodo de Amarna, y culpar al otro de ello. Sin embargo, habría "objetores de conciencia" en ambos grupos que se negaron a permitir que incluso sus poderosos líderes suprimieran completamente la cruda realidad. Ahora, como entonces, son sólo unos pocos los que están dispuestos y son capaces de considerarlo. Quizá se quede así, pero de nuevo no se convertirá por completo en algo nunca dicho. Como lo fue en el siglo I d. C., hay un público listo para una posible iluminación por parte de la investigación del Sr. Osman. La difusión de la fe gnóstica, terapéutica, y la de Serapis en el mundo romano permitieron que los estrechamente relacionados evangelios de Pedro y Pablo se difundieran muy rápidamente. Gracias al amplio evangelismo del Cristianismo, judaísmo, y mahometismo, la misma condición es cierta hoy.

Ya no confío, de por sí, en profecías sobrenaturales y de cumplimiento, sin embargo si las palabras de Isaías 19:24-25 tuvieran cualquier esperanza de realización en mi vida, es mediante las ideas ofrecidas aquí. Seguramente, habrá un profundo pesar y después una tremenda alegría en el mundo si la conciencia histórica del nacimiento de Israel pudiera volver a despertar alguna vez, y multitudes de egipcios, judíos, árabes, y cristianos serán conscientes de su herencia física y espiritual común. (Quizás, en este sentido, Paco Rabanne (véase: http://www.gic.ch/git/a1~1.htm, Nota nº 3 y Bibliografía) pueda percibir la "psicología" subyacente de la difícil situación de Ahmed Osman. Ahmed Osman se ha convertido inconscientemente en la muda "voz de Tut" del día moderno, y el mundo con un lavado de cerebro es su arrogante "Fineas." Qué carga la que ha soportado.) Por supuesto, la gente siempre encontrará razones para odiar y segregar. Se originarán nuevas controversias, y cualquier aumento de unidad mundial finalmente se perderá. A pesar de todo, una nueva generación surgirá para reconciliar otra vez a la raza humana.

El tema de la influencia de Egipto en el antiguo Israel atraerá ciertamente a los "minimalistas" y a los "maximalistas." Uno no puede sobreestimar el impacto de las ideas maximalistas de Osman en aquellos que tienen un interés creado en el estado actual de la arqueología, la religión, la historia, y campos relacionados. Afortunadamente, puedo asegurar que el Sr. Osman tiene un genuino amor por la Biblia, y no desea ridiculizar la fe de cualquiera. A pesar de la naturaleza de sus conclusiones, la fe del Sr. Osman en el Dios único es todavía en apariencia muy fuerte. Sin embargo, muchos de los que pronto abrazarán las ideas de Osman no reconocerán el significado espiritual y el profundo simbolismo de su investigación (sólo su valor literal/histórico), y por consiguiente, no serán tan pacientes y respetuosos como lo ha sido él con la resistencia de lo establecido. Mi advertencia no es sólo para los líderes tantas veces citados antes, sino también desafío a la gente joven a que reprima sus aspiraciones, y reconozca que la discreción es todavía la mejor parte del valor. Para todo hay un momento, y actualmente no es un momento para la destrucción, sino para la tolerancia, el perdón, y la cura.


Comunicado de prensa para "Desde Egipto"

El libro demuestra que los libros proféticos del Antiguo Testamento y sus contenidos acerca de las hazañas y logros de Abraham, Isaac, y su nieto José fueron esencialmente de origen egipcio. Además, Ahmed Osman muestra, comparando la confusa cronología de la Biblia y su contenido objetivo con los registros escritos de los antiguos egipcios, que las figuras principales del Antiguo Testamento – Salomón, David, Moisés y Josué – están basadas en originales históricos egipcios.

No sólo están estas personalidades principales y las historias – militares, territoriales y proféticas – asociadas con ellas y nutridas a orillas del Nilo, sino que también las principales doctrinas de la creencia cristiana – el Dios único, la Trinidad, la jerarquía del cielo, la vida después de la muerte y el nacimiento de la Virgen – son todas de origen egipcio.

Ahmed Osman proporciona en este libro un convincente argumento de que el mismo Jesús vino de Egipto. Los esenios y los gnósticos estuvieron guardando devotamente bien las enseñanzas secretas de los egipcios antes del primer siglo d. C. San Juan Bautista fue él mismo un esenio, y san Pablo, como indica en su carta a los Gálatas, había sido él mismo iniciado en los misterios egipcios por los gnósticos del Sinaí.

El autor muestra cómo las fuentes egipcias, bíblicas y rabínicas, junto con los recientes descubrimientos arqueológicos, prueban que las raíces de la creencia cristiana vienen no de Judea sino de Egipto.

Algunos puntos discutidos en Desde Egipto:

La revolución religiosa de Amarna:

-Akhenaton, rey de Egipto (1378-1361 a. C.), fue el primer gobernante monoteísta de la historia. Abolió el culto a los diferentes dioses del Antiguo Egipto y le presentó a una deidad sin imagen, "Atón," el bíblico Adonai, para ser el Dios exclusivo de todo el pueblo.

-Akhenaton fue derrocado por un golpe de Estado cuando utilizó al ejército para imponer a la fuerza la nueva religión a su pueblo, y fue sustituido por Tutankhamon en 1361 a. C.

-Reconociendo que el pueblo normal y corriente necesitaba un objeto físico para su culto, Tutankhamon permitió que fueran adoradas otra vez las antiguas deidades, pero sólo como mediadores entre el pueblo y Atón.

-Pa-Nehesy (el bíblico Fineas), el sumo sacerdote del exiliado Akhenaton, consideró como herejía este comportamiento de Tutankhamon, y lo mató.

La Resurrección:

- Los antiguos egipcios fueron los primeros en reconocer una parte espiritual en la vida humana, como el Ka que deja el cuerpo en el momento de la muerte.

- También creían que, con tal que el cuerpo físico fuera preservado, el Ka podría reunirse con él en un futuro, y la persona viviría una segunda vida. Por esto es por lo que se momificaban los cuerpos y los guardaban en tumbas aseguradas con hechizos mágicos.

- Pero como la momificación y el entierro eran demasiados caros, sólo eran los reyes y los nobles ricos los que podían tener esperanzas en la segunda vida.

- Desde los tiempos de la XIX Dinastía tuvo lugar, después de la muerte de Tutankhamon, un largo proceso de desarrollo filosófico y teológico. El resultado de este desarrollo, que se materializó durante los primeros tiempos del gobierno romano de Egipto, apareció dentro del culto de Serapis antes de ser identificado como el Cristianismo gnóstico.

- Ahora se hacía posible para el pueblo normal y corriente tener esperanzas de una vida espiritual eterna, sin necesidad de la momificación. Todo lo que necesitaban era creer en la resurrección de Cristo y experimentar un ritual que incluía el bautismo con agua.

San Pablo iniciado al pie del Monte Sinaí:

- San Pablo tenía un evangelio cristiano diferente al de san Pedro y el resto de la Iglesia de Jerusalén. Fue el primero en considerar a Cristo como el redentor y el hijo de Dios, y le dio un significado diferente al bautismo en la confesión de Cristo resucitado, en vez del bautismo de Juan para la remisión del pecado.

¿De dónde trajo Pablo su evangelio?

- En su carta a los Gálatas Pablo dice que, habiendo encontrado la luz de Cristo en el camino de Damasco, se retiró a Arabia. En aquellos tiempos el país político de Arabia no sólo incluía el este del Jordán, sino también el Sinaí.

- Pablo habla del Monte Sinaí como si fuera un lugar sagrado, el cual está en el cielo. También dice que permaneció en Arabia durante tres años antes de regresar a Jerusalén con su nuevo evangelio.

- Tres años es el tiempo apropiado para la iniciación en la comunidad de los cristianos gnósticos, cuyos ermitaños son conocidos por haber habitado el área por debajo del Monte Sinaí, el cual está ocupado ahora por el Monasterio de Santa Catalina.